Es una vergüenza lo que escribiré a continuación, pero creó que demuestra el riego que corre un país que piensa que todo funciona muy bien y que no es controlado correctamente por sus ciudadanos, que sólo se quedan con las noticias “bonitas”.
Más allá de la opinión personal que yo tengo sobre el gobierno del Presidente Ricardo Lagos (que terminó su período de 6 años en Marzo) y los buenos resultados macroeconómicos que tuvo nuestra nación durante su gobierno, no me puedo sacar de la cabeza a la “Alameda”.
La “Alameda” Bernardo O´Higgins es una de las principales, por no decir la principal calle, que cruza el centro de Santiago (capital de Chile), por lo que es utilizada por miles de automóviles al día. Son dos calles, una sube y la otra baja, que se encuentran separadas por pequeñas plazas, poseen dos pistas que son exclusivas para la locomoción colectiva.
Hace un par de años, se anunció con bombos y platinos que la intendencia y el Gobierno habían decidido repavimentar está calle, dada la importancia que tendría en el Transantigo (mi escrito anterior es sobre este tema) y las malas condiciones en que se encontraba.
Por una razón que todavía no logró explicarme, en vez de llamar hoyos a los orificios que se encuentran en las calles se les llama “eventos” y se les individualizó y contó sin preocuparse de su tamaño o profundidad.
Volviendo al tema que deseo tratar, la repavimentación de la Alameda, se hizo durante dos veranos consecutivos, en los que se cerraba un lado de la calle y se dejaba el otro con tránsito para ambos sentidos, pero exclusivamente para la locomoción colectiva. En el caso de la Alameda norte los trabajos sólo demoraron 30 días.
El problema es que la supuesta repavimentación no duró en buenas condiciones por mucho tiempo, por lo que ahora ha comenzado una gran escándalo de porque el “pavimento” no ha durado.
La respuesta del Intendente de la época fue: “cuando hay tramos que están malos es la constructora la que debe responder”. Sin desmerecer la obligación que posee la empresa o empresas de responder por sus trabajos, no se debe olvidar que es la Administración la que se encuentra obligada a supervisar aquellos trabajos que encarga a particulares. Debiendo establecer los parámetros y medios que debe utilizar la empresa para realizar la tarea encargada.
Ese ha sido el gran problema en los últimos escándalos que han estallado en Chile, se nos ha olvidado que un Estado que decide entregar a privados determinadas funciones u obras debe fiscalizar lo encargado, ya que si no se hace lo que ocurre es que los privados tienen menos incentivos para cumplir del modo y forma en que se les han encargado las obras. Ejemplos de esto hay muchos, tales como puentes que se caen, jornadas completas de educación que con suerte se cumplen formalmente, empresas que abusan de su poder de mercado, etc.
En un país como Chile, en el que se han privatizado la mayoría de los Servicios Públicos, lo que el Estado debe hacer es procurar vigilar que se cumpla con lo pactado, para que de ese modo todo funcione.
Más allá de la opinión personal que yo tengo sobre el gobierno del Presidente Ricardo Lagos (que terminó su período de 6 años en Marzo) y los buenos resultados macroeconómicos que tuvo nuestra nación durante su gobierno, no me puedo sacar de la cabeza a la “Alameda”.
La “Alameda” Bernardo O´Higgins es una de las principales, por no decir la principal calle, que cruza el centro de Santiago (capital de Chile), por lo que es utilizada por miles de automóviles al día. Son dos calles, una sube y la otra baja, que se encuentran separadas por pequeñas plazas, poseen dos pistas que son exclusivas para la locomoción colectiva.
Hace un par de años, se anunció con bombos y platinos que la intendencia y el Gobierno habían decidido repavimentar está calle, dada la importancia que tendría en el Transantigo (mi escrito anterior es sobre este tema) y las malas condiciones en que se encontraba.
Por una razón que todavía no logró explicarme, en vez de llamar hoyos a los orificios que se encuentran en las calles se les llama “eventos” y se les individualizó y contó sin preocuparse de su tamaño o profundidad.
Volviendo al tema que deseo tratar, la repavimentación de la Alameda, se hizo durante dos veranos consecutivos, en los que se cerraba un lado de la calle y se dejaba el otro con tránsito para ambos sentidos, pero exclusivamente para la locomoción colectiva. En el caso de la Alameda norte los trabajos sólo demoraron 30 días.
El problema es que la supuesta repavimentación no duró en buenas condiciones por mucho tiempo, por lo que ahora ha comenzado una gran escándalo de porque el “pavimento” no ha durado.
La respuesta del Intendente de la época fue: “cuando hay tramos que están malos es la constructora la que debe responder”. Sin desmerecer la obligación que posee la empresa o empresas de responder por sus trabajos, no se debe olvidar que es la Administración la que se encuentra obligada a supervisar aquellos trabajos que encarga a particulares. Debiendo establecer los parámetros y medios que debe utilizar la empresa para realizar la tarea encargada.
Ese ha sido el gran problema en los últimos escándalos que han estallado en Chile, se nos ha olvidado que un Estado que decide entregar a privados determinadas funciones u obras debe fiscalizar lo encargado, ya que si no se hace lo que ocurre es que los privados tienen menos incentivos para cumplir del modo y forma en que se les han encargado las obras. Ejemplos de esto hay muchos, tales como puentes que se caen, jornadas completas de educación que con suerte se cumplen formalmente, empresas que abusan de su poder de mercado, etc.
En un país como Chile, en el que se han privatizado la mayoría de los Servicios Públicos, lo que el Estado debe hacer es procurar vigilar que se cumpla con lo pactado, para que de ese modo todo funcione.
Las declaraciones del Intendente se encuentran en: http://diario.elmercurio.com/2006/05/14/nacional/_portada/noticias/AFD6C428-6098-4710-832D-BECE18B12AB5.htm?id=%7BAFD6C428-6098-4710-832D-BECE18B12AB5%7D
2 comentarios:
Muy bueno el artículo, aunque muy triste, gracias Jide!
pedón, quise darle las gracias a Alezita, me cambié de autor! Ahora voy donde Jide!
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