sábado, septiembre 29, 2007

Катынь - Katyń

El oscareado director Andrzej Wajda fue dejando Katyń para más tarde un año sí y otro también hasta que vió que se iba acabando su tiempo en este mundo y no pudo más. En las primeras críticas uno puede encontrar de todo, aunque son en su mayor parte muy positivas. Lo que está claro es que este sombrío episodio del estalinismo tenía que aparecer antes o después en la cinematografía polaca y mundial.

Puede que haya quien se extrañe, se escandalice o incluso acuse de martirólogos a los polacos por andar aún hurgando en las heridas que dejó la II Guerra Mundial. No me parece justo en absoluto. Primero porque en la Polonia comunista, hasta 1989, con sólo mencionar la palabra "Katyń" podía uno dar con sus huesos en la cárcel. El Gran Hermano de Moscú impuso la ley del silencio.

En segundo lugar ¿por qué Polonia (que movilizó el tercer mayor contingente de soldados entre los aliados y que tuvo seis millones de pérdidas humanas durante la Guerra, que se dice pronto) va a tener que honrar menos a sus héroes que otras naciones europeas? Lo primero que hace cada presidente francés cuando jura su cargo es poner una ofrenda floral en el lugar donde murieron treinta y tantos miembros de la resistencia francesa durante la liberación de París. ¡Treinta y tantos! En fin, sé que las comparaciones son odiosas, pero si hemos de ser ser serios hay que decir que tuvieron que buscar a sus paladines de la libertad con lupa. Sólo en el levantamiento de Varsovia contra los nazis murieron alrededor de 200.000 polacos. Y por cierto, éste era otro episodio tabú hasta 1989, ya que la insurreccíon se fue al garete entre otras cosas porque Stalin no sólo no movió un dedo y dejar desangrarse al Ejército Nacional de Polonia, sino que además no permitió a los aviones aliados a aterrizar en el territorio ocupado por el Ejército Rojo y auxiliar desde allí a la capital en llamas. En resumen, que si los polacos tienen de qué y de quién gloriarse dejémoslos en paz.

Volviendo a los bosques de Katyń, Charkow, ... , lo que allí ocurrió fue un intento de dejar a Polonia sin cabeza, sin inteligentsia, asesinando con un tiro en la nuca a más de veinte mil oficiales (junto a médicos, sacerdotes, abogados, ..., oficiales también de reserva). Por primera y única vez en Rusia fue reconocido el crimen por Yeltsin. Ahora Putin, como buen antiguo KGBista, vuelve a velar por la gloria del imperio con los mismos métodos de propaganda que antes: acusa a los polacos y a su presidente, durante el viaje de éste a Katyń, de nacionalismo y de tratar de enmascarar con este ataque otros supuestos crímenes propios (en concreto de la guerra polaco-bolchevique de 1920) y la televisión rusa llega a cuestionar la autoría soviética de la matanza. De cine, aunque menos mal que ahora gracias a Wajda.

viernes, septiembre 28, 2007

Lucha contra la corrupción en y desde Alemania


El 26 de septiembre -hace dos días- se dió a conocer, en Berlín y en Londres, el Informe de Transparency International para este año.

Me gustaría referirme a la parte del mismo relativa a Alemania.

Ver asimismo:

El 2007, Alemania ocupa el lugar 16, al igual que el año pasado, con una diferencia de menos dos puntos. En efecto, el 2006, tenía 80 puntos (o bien 8,0) y este año, "goza" de 78 (ó 7,8) puntos. Bajó dos puntos, pero conservó su lugar: es el 16° de un total de 179 países.

Considerando que el 2005 (también el el número 16 del mundo), tuvimos 82 puntos (al igual que el 2004), se aprecia una leve tendencia hacia abajo: leve; pero que no por ello deja de ser preocupante.

Alemania, como el campeón del mundo de las exportaciones (ver Alemania nuevamente campeón mundial de las exportaciones), tiene una enorme responsabilidad en lo tocante a la corrupción en los países en desarrollo, donde invierten y a quienes compran y venden las empresas alemanas, de manera que atacar el problema aquí dentro del país, tiene un efecto de dominó muy positivo.

El informe hace ver la importancia de:

1) la prevención, que se traduce en formar a todo el personal de la empresa para que se comporte en forma correcta, de acuerdo a las líneas rectoras de la actuación empresarial que excluyen por completo toda forma de corrupción y

2) del buen ejemplo de los directivos de la empresa (Comité ejecutivo, junta de vigilancia, gerentes), es algo obvio, pero que a veces se olvida y por eso, Transparencia hace especial mención de este punto.

Se habla del mandamiento de la tolerancia cero, que se traduce, entre otras medidas, en que cada acción sea vista por cuatro ojos (esto es, pase por las manos de otra persona independiente de quien la realiza); se recomienda la creación de instancias de control internas y externas; hotlines empresariales; se sugiere la creación de Ombudspeople externos y la consecuente persecusión y castigo de quienes hayan cometido actos de corrupción, esto independientemente de su posición dentro de la firma.

Por otra parte, se recalca que la corrupción no es inevitable y que el tan recurrido argumento de que es imposible evadirla porque en "otros países" se practica y, de otra forma, no se puede hacer negocios, es una falacia. Lo de la falacia es mío; he visto muchas veces recurrir a este falso argumento.

Mientras más se practique la tolerancia cero dentro de la empresa, más fácil será vencer a la eventual corrupción externa. Esto es muy cierto.

Personalmente pienso que la corrupción -que se traduce comúnmente en el pago de sobornos y en el tráfico de influencias- es una injusticia frente a quienes trabajan bien y se esfuerzan por crecer y tener éxito gracias a su esfuerzo y no a métodos ilícitos.

A mi modo de ver, la corrupción es un atentado a la transparencia y ésta es una de las condiciones indispensables de la libertad económica.

A fines de los '90, en Alemania y en otros 34 países, se tipificó el soborno en el extranjero (caso de extraterritorialidad de la ley penal) como delito penal.

Esto ha permitido iniciar una docena de procesos en contra de empresas que sobornaron en el extranjero. Un paso adelante, sin duda, al cual debieran seguir otros, como la exclusión absoluta de los contratos del estado alemán con empresas que hayan cometidos actos de corrupción, en el país y en el exterior.

Se menciona además, la necesidad de crear un registro nacional y a nivel de Länder de "empresas corruptas". Una medida dracónica, pero... necesaria.

La corrupción no beneficia absolutamente a nadie, ni a los empresarios, ni a los consumidores, ni a quienes la reciben. Por el contrario, perjudica a todos, porque atenta contra la justicia, la transparencia y el libre mercado.

Termino este artículo, recordando las palabras de Jide Martins, quien se refería a Nigeria, su país, pero que, en realidad, pienso que se pueden aplicar a toda otra sociedad (en Nigeria: Electricidad 24 horas al día):

"La corrupción se puede eliminar mejor cuando existen menos tentaciones, menos posibilidades de abusar el poder con favoritismos.

"Bastante tiene el gobierno con atender las demás áreas de la vida nacional: la administración pública, el orden, la seguridad, las carreteras, los transportes, etc.; así como, fomentar y dirigir la iniciativa privada, manteniendo las reglas del libre mercado y de la competencia".


martes, septiembre 25, 2007

Última crónica desde Nigeria

Acabo de enterarme y escribo “en caliente”: a las 8:50 de esta mañana, hora local, ha fallecido en Lagos, Nigeria, Jide Martins, nuestro único corresponsal en África.

Ha sido una completa sorpresa. Cierto que había pasado recientemente cinco días en el hospital por culpa de un brote de malaria, y que estaba en su casa reponiéndose de una neumonía; pero estaba siendo bien atendido y los que le acompañaban esperaban que se recuperara pronto y sin novedad.

Jide se llamaba en realidad Jesús Muñoz-Chápuli; pero utilizaba seudónimo para poder escribir con más libertad sus crónicas en medios extranjeros, como la agencia de noticias Aceprensa, la revista mensual Palabra y esta bitácora, pues la violencia política hace aconsejable andarse con tiento en ese país.

Y Jide era sobre todo, además de corresponsal, sacerdote católico, incardinado en la Prelatura del Opus Dei, con más de cuarenta años de infatigable trabajo en Nigeria a sus espaldas. Father James estuvo en Granada, -su ciudad natal, porque su tierra era ya Nigeria-, antes del verano, cuando pude estar con él por última vez –Granada es mi ciudad de acogida-, y doy fe de que no paró quieto ni un momento, siempre buscando recursos y ayudas para su querida patria africana. En un par de semanas contabilicé más de cincuenta gestiones, con personas, instituciones públicas y privadas, empresas..., presentando proyectos, memorias, solicitudes..., hablando, rogando, convenciendo..., y aguantando más de un portazo en las narices. Hoy, precisamente, ha llegado la noticia de que una entidad financiera ha decidido aportar una cantidad sustanciosa de euros para un centro de capacitación de jóvenes en una zona de nueva desecación cerca de Lagos, como antes otras, movidas por la infatigable actividad de Jide, han contribuido a levantar diversos proyectos, como el de un pequeño hospital-dispensario en Enugu.

Los que le conocimos y quisimos procuramos esos días de junio pasado hacerle descansar, reponer su desvencijado ropero, alimentarlo –estaba en los huesos- y revisarlo bien por dentro; creíamos haberlo devuelto a Nigeria como nuevo; pero Dios sabe más: aunque nos duela su repentina muerte, aunque ahora nos falte su incansable trabajo a favor de ese inmenso y poblado país, la verdad es que había merecido de sobra un descanso de verdad, como sólo Él puede dar.

Requiescat in pace

Turquía: los desafíos de la hora actual


Del excelente blog de Hugo Perini (Hugo Perini Arte y Política y antes Hugo Perini), me permito, con su autorización, copiar un artículo en que él nos cuenta sus impresiones después de un viaje por Turquía.

Sólo me resta agrader a Hugo, en nombre de todos los lectores de Planisferio, su gran gentileza.

Luego de un período signado por la incertidumbre política, el parlamento turco ha elegido como nuevo presidente al anterior ministro de Relaciones Exteriores del gabinete del primer ministro Recep Erdogan, Abdullah Gul.

Si bien las funciones ejecutivas del país están a cargo del primer ministro, varios son los desafíos que deberá enfrentar el señor Gul tanto en el frente doméstico como en el externo.

En lo doméstico deberá al mismo tiempo tomar distancia del partido de gobierno y del que formaba parte, para pasar ahora a ser el presidente de todos los turcos, y encarar además la tarea nada menor de convencer al ejército de que su pertenencia a un partido religioso moderado -su propia esposa se viste a la manera tradicional con el cuerpo cubierto- no alterará para nada el carácter laico de la república, uno de los principales legados de Atatürk.

En el frente externo, deberá posicionar a Turquía como un interlocutor privilegiado para tratar los temas relacionados con Irak e Irán, países ambos limítrofes y calientes, y muy especialmente en el segundo, luego de los últimos exhabruptos del señor Sarkozy -quien cada vez más se parece al chico hiperkinético del barrio que pretende entrar a todos lados a los codazos- moderando las posiciones dentro de la Unión Europea en sintonía con su más firme aliado allí, Alemania.

Al mismo tiempo deberá proseguir con el objetivo de incorporar a Turquía a la Unión, objetivo ambicioso pero nada sencillo.

Los antecedentes del señor Gul como canciller turco durante los últimos cinco años permiten suponer que se moverá con comodidad en este área.

Turquía luce optimista, personas que no votaron por el señor Erdogan, me resaltaron su eficiencia y probidad al frente de un gobierno honesto, luego de los escándalos por corrupción que salpicaron a su antecesora.

Desde los billetes de las nuevas liras turcas Mustafá Kemal Atatük nos sonríe....


domingo, septiembre 23, 2007

Camino de las elecciones


En España los periodos preelectorales cada vez duran más; llevamos ya un montón de tiempo de precampaña, y lo que nos espera, porque parece que las elecciones van a ser en febrero 2008.


De momento, las encuestas siguen sonriendo al gobierno, que además cuenta con el apoyo de la mayoría -si no todos- de los partidos nacionalistas (que reivindican más o menos descaradamente la independencia de sus respectivas regiones) y de los ex-comunistas, dada la facilidad con que los socialistas gobernantes les consienten todas sus exigencias.

El gobierno (socialistas -PSOE- y aliados) sólo tiene dos preocupaciones reales, hacer olvidar su fracasado intento de diálogo con los terroristas de ETA y que la economía siga boyante, para lo que se ha lanzado a una batería de promesas (dinero para pisos, dinero para hijos, subida de pensiones, etc.) que los que saben de la cosa no aciertan a adivinar de dónde saldrán los recursos. Pero no hay que preocuparse demasiado, porque muchas de estas promesas quedan en agua de borrajas; si no, mírese en qué han quedado dos leyes famosísimas de máximo impacto mediático, la Ley de Dependencia (asistencia a mayores, discapacitados, etc.) y la Ley de Violencia de Género (protección ante el maltrato, especialmente hacia las mujeres), ineficaces en gran medida por falta de recursos.


Otras leyes polémicas, como la de Enseñanza (con su asignatura de Educación para la Ciudadanía), la del llamado matrimonio homosexual o la reforma del estatuto de autonomía de Cataluña (las dos últimas recurridas ante el Tribunal Constitucional), no parece que vayan a hacerles mella.

Por su parte, la oposición del Partido Popular lo tiene difícil, con un líder con poco tirón y contestado en su propio partido, un equipo muy ligado al desprestigiado equipo de la última etapa del presidente Aznar y una ausencia de propuestas verdaderamente atractivas bastante notable; además del agravante de que para ganar tiene que hacerlo por goleada, ya que es muy poco probable que consiga alianzas.

De forma que, salvo que suceda algo gordo e imprevisto, vamos a seguir otros cuatro años con la política delicuescente del que José Antonio Zarzalejos, director del diario ABC, llama hoy El mercader de la Moncloa.

Seguiré informando.