domingo, mayo 22, 2011

Spanish revolution

Supongo que a estas hora todo el mundo está enterado de las manifestaciones organizadas por ¡Democracia Real Ya! en varias ciudades  de España el pasado 15 de mayo, con un éxito sorprendente, que ha derivado en la toma de plazas en más de 160 ciudades, con réplicas incluso en otras del resto del mundo.

Parece un movimiento espontáneo, extendido gracias a las redes sociales; pero hay infinidad de versiones que buscan un origen interesado; por un motivo principal: los parecidos con las movilizaciones del día de reflexión y votación en las elecciones generales inmediatamente posteriores al atentado del 11 de marzo de 2004 en Madrid, que llevaron a los socialistas al poder, cuando todos los pronósticos indicaban una victoria del gobierno popular.

Porque sucede que hoy es día de elecciones en España, municipales y autonómicas, con el pronóstico de una debacle de los socialistas en el poder, en favor de los populares; una especie de plebiscito que apuntaría a las elecciones generales del año que viene. Es decir, los socialista se veían perdedores salvo que "pasara algo"; en 2004 fueron las bombas terroristas y las movilizaciones vía sms, al calor del ambiente "NO a la guerra" de Irak, hoy serían las acampadas en plazas y la asambleas vía twitter, también en el día de reflexión y de unas elecciones.

Al margen de teorías conspirativas, está claro que el movimiento del 15 de mayo ha caído en terreno abonado; acudiendo al ejemplo del libro de Stéphane Hessel, ¡Indignaos!, los indignados españoles son muchos y con sobrados motivos: la clase política es uno de los grandes problemas del país, la crisis ha llevado a cinco millones de personas al paro, el paro joven es galopante, la politización de las instituciones es indisimulada, los privilegios del sector financiero son vergonzosos, la partitocracia es irritante... Así se percibe y así se está denunciando alto y claro.

Las asambleas están cuidando mucho mantenerse abiertas e inclusivas, sobre unos mínimos que son su carácter asindicalista, apartidista y arreligioso; sin banderas ni liderazgo de organizaciones; pacifista, creativo, asambleario; de comunicación y coordinación permanente; en mi blog he ido haciendo algunas apreciaciones -muy personales- al hilo de mis visitas a la de Granada.

La base gira alrededor de un manifiesto que se ha ido concretando y completando en estas asambleas, y aquí van apareciendo, lógicamente, los problemas, porque no está claro cómo se lograran algunas propuestas, y porque otras ya no van a ser tan fácilmente compartidas por los "indignados" ciudadanos.

¿Cómo evolucionará?, ¿en qué quedará?, ¿qué conseguirá? Pienso que está siendo un aldabonazo en la conciencia política de muchos españoles, un factor de movilización ante la apatía de tantos, un aviso a la clase dirigente, y esto ya es mucho. ¿Servirá para algo más? ¿caerá en manos de corrientes ideológicas afines por estética y modos? Veremos.


Fotos tomadas por mí esta mañana, 11:00, en la Plaza del Carmen (Ayuntamiento) de Granada, lugar de las asambleas locales.