Victoria de la cultura de la vida sobre la cultura de la muerte
Por Jide Martins. Nigeria
Poderosas organizaciones internacionales contra la vida se toan con una notable derrota en Nigeria. Se desenmascaran manipulaciones para introducir leyes contra la dignidad humana en Nigeria. La cultura y la fe religiosa de los nigerianos encuentran personas bien preparadas para articular su neta oposición a una legislación permisiva inmoral y a la condonación del aborto.
Nigeria supo defenderse de fuertes presiones internacionales materializadas en un proyecto de ley sobre la creación de un "Instituto Nacional para la Salud Reproductiva" con el fin de proveer, entre otras cosas, a la "mejora y sostenimiento de la práctica sexual y la salud reproductiva en Nigeria."
En realidad se abrían las puertas al aborto, patrocinando, con fondos del estado y de organismo internacionales el control de natalidad por cualquier medio e introduciendo prácticas inmorales bajo los suaves nombres de "derechos reproductivos," derechos a acceso a "servicios" anticonceptivos, esterilización y terminación de embarazos no queridos".
El proyecto fue derrotado. He aquí la historia.
Todo estaba preparado para su votación secreta
El proyecto fue iniciado, aparentemente, por una senadora del estado de Edo, Mrs. Daisy U. Ehanire-Danjuma, católica, evidentemente elegida y usada por grupos abortistas para convencer a los mayores opositores: los católicos.
El proyecto esperaba pasarse a votación sin mayores problemas como ya se había hecho en algunos otros países africanos, como Sudáfrica y Ghana; pero afortunadamente hay aquí en Nigeria personas preparadas y bien informadas sobre las presiones a que están sometidos los gobiernos para el control del crecimiento de la población por organismos internacionales.
Cuando se filtró el contenido de la propuesta de ley entre miembros de organizaciones en defensa de la vida, se desencadenó una controversia en la prensa que obligó al senado a anunciar un "public hearing" antes de pasarla a votación.
La sesión pública y abierta en la cámara legislativa del senado atrajo muchas personas que se presentaron en la nueva capital de Abuja desde varias ciudades de Nigeria. [En Abuja viven prácticamente sólo políticos y burócratas]. La sala de la reunión se encontraba abarrotada.
Cuando la senadora tomó la palabra para presentar el proyecto, las preguntas certeras de personas entre el público provocaron un animado diálogo. Se vio claro que el proyecto era un camuflaje para introducir el aborto. En vano insistió la senadora de que no se pretendía introducir el aborto. El proyecto, sin nombrarlo por este nombre, lo implicaba, según las voces firmes del público. "Además," esas personas afirmaron con una copia del proyecto en sus manos, "contiene disposiciones para una educación sexual en las escuelas sin valores morales, para el abastecimientos de anti-conceptivos, esterilización, etc. con fondos del estado y de organismos internacionales, ¿qué tiene que ver esto con la salud reproductiva?"
La senadora se defendía asegurando que se trataba de establecer un instituto nacional para atraer fondos con los que "proteger a las mujeres que mueren en partos sin ser asistidas y prevenir la contaminación del HIV y del SIDA."
"Pero las mujeres mueren en los partos como consecuencia de la falta de asistencia médica y el proyecto solamente prevé la prevención de partos y la terminación de embarazos. Lo que se necesita es una ley que permita a las mujeres en las zonas rurales ser asistidas en sus partos."
El senado nombra un comité para estudiar el proyecto
Así que el senado se vio obligado a dilatar el voto sobre la propuesta de ley y se acordó nombrar un comité que estudiaría con más detalle la propuesta. La gran mayoría de los nigerianos resisten vehementemente el aborto.
Cuando en 1980 se presentó una propuesta similar en la asamblea nacional, organizaciones muy poderosas de mujeres del mercado ("market women") se lanzaron a la calle en protesta en diversas ciudades de Nigeria.
La senadora y conocidos abortistas que la apoyan comenzaron a los pocos día una campaña para convencer al público de los beneficios del proyecto de ley. Organizaron conferencias, entrevistas en televisión predicando el "evangelio" de la salud reproductiva y sexual, la necesidad de controlar la población y proteger la salud de las mujeres embarazadas. Es curioso que ya no hablen del derecho al aborto, o de la necesidad del aborto. Es un paso notable en la victoria de la cultura de la vida en Nigeria, aunque desafortunadamente hay bastantes médicos que practican el lucrativo negocio del aborto aprovechándose de que el estado no aplica ya la ley penal en esta materia.
Nigeria con una población de unos 140 millones, que precisamente hace un mes se han contando en un censo muy controvertido (cuyos resultados se desconocen todavía), es un gran mercado para la venta de esos "servicios de salud reproductiva". Los razonamientos repetidos de una u otra forma en todos los foros son que muchas mujeres mueren al recurrir al aborto clandestinamente, que hay que parar el SIDA y que el crecimiento de la población anula el crecimiento económico.
Pero las personas en las organizaciones por la vida no cesaban de proclamar con innumerables cartas a los periódicos e intervenciones en entrevistas televisivas que estos argumentos son falaces y en muchas ocasiones simplemente falsos, pues están acompañados por datos que no son respaldados por estadísticas fiables.
El comité del Senado convoca un "retiro" para "afinar" el proyecto y presentarlo de nuevo a votación
El "retiro" tendría lugar en Port Harcourt, invitando a médicos, mujeres y otros interesados en la futura ley. En seguida se filtró la noticia y sobre todo a la selección de los invitados, claramente mayoritaria en vafor del proyecto.
Nueva controversia en la prensa y la televisión denunciando la maniobra manipuladora de los promotores del aborto en Nigeria. Incluso el Arzobispo de Lagos, Cardenal Anthony Okogie, fue entrevistado en la televisión. Con gracia y buen humor el Cardenal declaró que era ridículo que los legisladores se preocupasen de la salud reproductiva de los nigerianos, cuando lo que se necesita es que se les garantice abastecimiento de agua y de electricidad, empleo, y hospitales.
Cuando miembros del senado se reunieron en PortHarcourt con los invitados a estudiar el proyecto, tenían en las calles docenas de manifestantes por la vida que denunciaban sus intenciones de introducir el aborto en Nigeria.
En el primer día de estudio, y en ausencia de la senadora autora del proyecto que se encontraba en el Reino Unido, se puso fin al proyecto. Literalmente fue a la papelera. Los pro-vida celebran su victoria, pero saben que luchan a individuos y organizaciones con grandes intereses políticos y económicos. Una señora blanca, americana, que se encontraba en el "retiro" no estaba nada contenta con la derrota. Se dirigía a los políticos y senadores amonestándoles que debían de ocuparse de hacer su trabajo de divulgación con más eficacia. "!Vayan a los católicos y convénzanlos, son ellos los que se oponen a estas reformas liberalizadoras!"
No hay comentarios.:
Publicar un comentario