domingo, abril 09, 2006

Entrevista

Muchos costureros luego de las clausuras de sus lugares de trabajo duermen en distintos centros deportivos de la ciudad de Buenos Aires. Algunos fueron hechados por talleristas coreanos y bolivianos y quedaron con lo que llevaban puesto.


"Trabajaba sin un horario de salida y ganaba 200 pesos por mes"


Juan Carlos Salinas Cortez


Amalia Luppa llegó a la Argentina en 1995. Rápidamente consiguió trabajo como empleada doméstica. Al cumplir 20 años, armó una reunión de conocidos en un bar del Bajo Flores. Allí, su mejor amiga la sedujo con la idea de emplearse como costurera"Me dijo que tendría techo y comida y que todo lo que ganara lo podría guardar", recuerda.

Fue una mañana de 1999 en la esquina de Cobo y Curapaligüe donde la contrató un coreano, con la ayuda de un boliviano que hacía de intérprete. "Me ofreció un sueldo de 600 pesos, casa y comida".Comenzó de ayudante, el rango más bajo en un taller de costura. Trabajaba desde las 7 hasta que toda la producción quedara terminada.

"No tenía horario de descanso, en esa época este taller recibía muchos pedidos. Había días en que se entregaban hasta 2.000 prendas. Me pagaban 200 pesos por mes...", relata Amalia, que no quiso que se le sacaran fotos.El lugar para descansar era muy feo -continua—, nos daban unos colchones de lona y para taparnos dos frazadas muy finitas. En el lugar dormíamos 20 costureros juntos". A los dos meses, Amalia aprendió a coser una recta. El progreso se tradujo en una paga de 30 centavos por prenda y ya no un sueldo mensual...

4 comentarios:

Marta Salazar dijo...

Increíble! Gracias Juan Carlos por mostrarnos esta otra cara de la inmigración.

Mestizo dijo...

Esa es la realidad. La necesidad empuja. La vanidad y el poder disponen. Y entre ellos miles y miles de migrantes bolivianos que son exiliados económicos caen preza del neoliberalismo que en realidad no mira bandera ni cultura. Hoy son los bolivianos en la Argentina, mañana serán otras personas en otra parte del mundo.

Alberto Tarifa Valentín-Gamazo dijo...

Sabíamos que esto pasaba en las "maquilas" del tercer mundo; pero que pase en Argentina... La s autoridades tienen que vigilar esto, porque seguro que está pasando en el patio trasero del primer mundo, y los sindicatos empoltronados y perdidos en sus batallitas ideológicas. Hay mucho que hacer.

Anónimo dijo...

¿Los bolivianos "caen presa del neoliberalismo?" Si el neoliberalismo se hubiese aplicado en Bolivia, sería mucho menos pobre de lo que es hoy. Lo que ha hecho pobre a Latinoamérica es estatismo, mercantilismo, y corrupción en gran escala. Los países que se han enriquecido en términos históricos recientes (Taiwán, Corea, Hong Kong [no un país, pero cerca], Singapur, Irlanda, y, en menor medida, Chile) han aplicado neoliberalismo para salir de la pobreza. Todos los mencionados, menos Irlanda y Chile, fueron colonias hasta la Segunda Guerra Mundial. Ni el "imperialismo" (mira a Hong Kong) ni el capitalismo (el "neoliberalismo" es un mote que se le aplica sólo al capitalismo) hacen pobres a los pueblos, Mestizo. Corea era más pobre que Bolivia en 1955; los de Hong Kong jamás han sido independientes; Singapur fue colonia de una colonia y hace 40 años soltó amarras: sin tierra, con poca gente bien amontonada, sin recursos naturales; pero sin culpar a otros de sus defectos y errores. Hoy son ricos. Su ingreso por habitante es más de cuatro veces el ingreso chileno. Todos estos países han caído presa del neoliberalismo. Tal vez Bolivia debería unírseles.