lunes, enero 08, 2007

La renuncia de Stanisław Wojciech Wielgus en Varsovia

El caso de Stanisław Wojciech Wielgus, arzobispo de Varsovia ha conmovido, no sólo a Polonia, sino a toda Europa.

Para Alemania, es Polonia, no sólo su vecino del Este, sino la fuente de mucho de sus inmigrantes y de muchos alemanes, que fueron expatriados después de la II Guerra mundial del territorio polaco o que lograron huir del socialismo real en las décadas siguientes.

A los alemanes nos importa mucho Polonia, lo que explica que, hoy todos los diarios grandes y pequeños dediquen sus editoriales al tema Wielgus.

El caso Wielgus nos toca muy de cerca, porque en Alemania también tuvimos servicio secreto, la Stasi, abreviatura de Staatssicherheit, esto es, seguridad del estado. Acá también ha habido escándalos de este tipo, si bien, ninguno de ellos ha afectado a ningún obispo de ninguna confesión cristiana. Pero sí a párrocos.

Se supone que el 10% del clero polaco fue colaborador no-oficial del servicio secreto.

Lo ocurrido es, en cierta manera, paradojal, porque la Iglesia católica en Polonia y en el mundo y la Iglesia evangélica (que reúne a las dos más importantes confesiones protestantes en Alemania, a saber, luteranos y calvinistas), es precisamente la instancia que se opuso al marxismo-leninismo, en su expresión de los estados del socialismo real, hasta hacer caer la cortina de hierro.

Y ahí radicaba precisamente el interés de los jerarcas comunistas en infiltrar a la Iglesia. Se dice -no sé si sea cierto- que la Iglesia ortodoxa rusa fue donde se logró una mayor penetración y control. Y la Iglesia católica romana, la menor. Esto, a nivel de Europa oriental y países de Asia Central.

Nuestra Iglesia evangélica alemana del Este es capítulo aparte y creo que, si bien estaba bien controlada, la infiltración no fue tan grande. En parte, porque se la subestimó, lo que condujo a dejarla en relativa libertad, circunstancia que fue utilizada para encabezar, desde ella, el movimiento de liberación que conduciría, finalmente, a la unidad alemana. Más precisamente a la Reunificación alemana o -¿por qué no llamarle así?- a la Segunda unidad alemana.

El arzobispo renunció, con bombos y platillos, en la misma misa del domingo pasado en la catedral de Varsovia en que debía asumir su cargo. Lo hizo, ante la protesta de miles de sus feligreses que se encontraban reunidos en el templo.

La discusión en torno a esta decisión prosigue en Polonia y su rechazo o aceptación, divide a los polacos. Lo que lleva a sostener a muchos analistas que la Iglesia polaca está dividida. Claro -digo yo- entre los que están a favor de la dimisión y quienes están en contra.

Se dice además, que durante el pontificado de Juan Pablo II algo así no hubiese pasado. Sobre todo, porque parece que el Vaticano no sabía nada del pasado del Wielgus. Otros dicen que él sí le había contado todo a Benedicto, pero que, pese a ello, el Papa habría confiado en él. En fin, rumores van, rumores vienen. Una situación típica en la política eslava.

No faltan, en Alemania, las críticas a Benedicto, dicen que empezó mal el año... y comparan este acontecimiento con el de Regensburg. Lo acusan de no conocer a la iglesia en Polonia. Claro, comparado con Karol, ciertamente no la conoce.

Recordemos que el mismo Ratzinger fue observado largamente por la Stasi, en la esperanza de encontrar algo para desprestigiarlo y/o para extorsionarlo. Y esto es precisamente lo que los polacos no querían de un arzobispo: que fuera extorsionable. Y, con su pasado como informante de la policía secreta, indudablemente, lo era.

Ver El profesor Ratzinger observado por la Stasi desde 1974

Acerca de si Wielgus es de un lado o del otro, no hay acuerdo. Una parte de la prensa lo acusa de ser del ala izquierdista y la otra, de ser del sector conservador. Liberation (el medio francés de Rotschild y otros ilustres) decía hoy que era archiconservador y muy cercano a la famosa Radio Maryja, un medio (que no merece este nombre) antisemita y nacionalista polaco.

Durante su viaje a Polonia, el Papa ya advirtió que es contraria a la doctrina de la Iglesia, la mezcla entre religión y política y empleó palabras muy duras -plenamente justificadas- en contra de esta radio "católica" que es más que nada y, tan sólo, el altavoz de ciertas colectividades políticas.

La interrogante que muchos se formulan acerca de Wielgus es ¿Por qué lo hizo?

Hoy escuchaba a Joachim Gauck, pastor evangélico en la DDR ó RDA, en DLF, quien explicaba que hubo -también en Alemania- algunos párrocos que, movidos por la ambición, por hacer carrera, por salir al extranjero -no olvidemos que Wielgus salió a estudiar a München y que estos gobiernos del socialismo real, rara vez dejaban salir del país a quienes no consideraban 100% confiables- no dudaron en comprometerse a entregar información acerca de sus colegas... perdón, hermanos en el sacerdocio.

La entrevista: Interview mit Joachim Gauck zum Verhältnis von Kirche und Staat im Kommunismus

¿Por qué se sabe ahora y no antes? Wolfgang Thierse, vicepresidente del Bundestag (socialdemócrata, defensor de los "derechos humanos" en la DDR ó RDA), también en una entrevista de hoy en DLF, contó que el entonces jefe de la oposición en Polonia, el "maravilloso" (wunderbar) Adam Michnik, hablando conél, le dijo "¿Por qué ser rencorosos? Si hemos triunfado". Thierse dice que la manera de trabajar el pasado, en este sentido, es totalmente diferente en Polonia y en Alemania.

La entrevista está en Thierse: Rücktritt des Warschauer Erzbischofs war notwendig

Es diferente, por no decir, diametralmente opuesta. En Alemania, hay una oficina, la Gauck Behörde, que lleva el nombre de Joachim Gauck, quien primero la dirigió. En Polonia, no ha habido nada de esto.

Ayer, el arzobispo dijo en su discurso de dimisión que él no había dañado a nadie, Gauck dice que eso le parece muy conocido, claro, es lo que también se dice acá. Explica que eso no lo puede saber él, Wielgus. Porque la información que los informantes entregaban era como una caja negra y nadie sabía lo que se podría hacer con ella. Ni cómo se usaría la "información" después.

Gauck hace ver que, junto a Wielgus y otros sacerdotes que se conviertieron en colaboradores de la policía de seguridad, hubo otros que murieron por la fe y resistiendo al régimen totalitario. El problema es que los que mataron a otros sacerdotes como animales -continúa Gauck-, con ellos cooperaron gente como Wielgus y eso es lo terrible de este tipo de sucesos.

Dice que la gran mayoría del clero resistió a la tentación, en la que muchos cayeron por la carrera u otros motivos. Sin embargo, hubo algunos que pasaron la línea de lo permitido y no se puede decir de todos ellos que fueron traidores.

Para terminar, un video corto en inglés en que se muestra, entre otras cosas, las actas de la Seguridad polaca y lo que debe ser la declaración firmada por Wielgus ante la policía secreta.




6 comentarios:

Alberto Tarifa Valentín-Gamazo dijo...

Un excelente trabajo, gracias, Marta; pero como siempre, resultas tan expositiva que uno no acaba de saber qué postura tomar.
Si no me equivoco, el gobierno polaco actual ha impulsado algo parecido a lo que creo haber entendido que es la Gauck Behörde, algo relacionado con la depuración de la memoria, en parte parecido a la dichosa Memoria Histórica con que en España el gobierno et al están reabriendo viejas heridas, olvidadas y cicatrizadas.
Pienso que es un error; los ajustes de cuentas han de hacerse con las ideas, no con las personas; y los que aguantaron heroicamente la persecución demostrando su grandeza, seguro que son capaces de perdonar -también heroicamente-, demostrando que esa grandeza sigue viva.
De todas formas, pienso que el caso Wielgus ha sido un gol al Vaticano, y como éste ha dicho que no lo sabía, la culpa debe de ser de Wielgus: ser perdonado es lo propio, pero le corresponde ser discreto en agradecimiento: la sede de Varsovia es ya demasiado.

Hard Core dijo...

Para el progresismo mundial es mas aberrante las eventuales consecuencias de la inoperancia del arsobispo que los crimenes de Stalin o Lenin en Alemania o en la misma Polonia. Pero es asi. Seguir a Cristo es dificil, no solo en este siglo, sino desde un comienzo. Muy buena documentacion en tu trabajo. Sinceramente Marta.

Marta Salazar dijo...

Hola hola! Muchas gracias!

Lo de la "memoria histórica" es efectivo. Se está trabajando en eso.

Pienso que no hay que tomar el todo por las partes. Una parte del clero sucumbió a la tentación, el grado de compromiso era diverso, no todos eran traidores, pero muchos no fueron fuertes. La minoría, a decir verdad.

Les recomiendo la película Karol?

Es excelente!

Los intentos de infiltrar la Iglesia, también lo hemos visto -y en qué forma!- en otras latitudes.

Creo que las cosas pasaron y no se saca nada con ocultarlas. Por supuesto que hay que perdonar; pero para perdonar, hay que saber lo que ocurrió.

Para mí es una demostración más de que el Espíritu Santo actúa en la Iglesia, porque si provocó una verdadera revolución que llevó a la caída de la cortina de hierro -pese a este tipo de infiltraciones- no me cabe duda que había ayuda sobrenatural.

En otras palabras, es -para mí al menos- una demostración más de que es correcto tener esta confianza en la Iglesia, pese a todos los errores, no sólo del obispo polaco, sino también de cada fiel.

En cuanto a las consecuencias políticas (una pregunta que me hicieron en aesd hace algunos días) se ve claramente que algunos quieren debilitar la influencia de la Iglesia en Polonia.

Lo que hay que dejar en claro -esto lo dijo creo que Gauck- es que el grueso de la Iglesia, del clero y de los fieles, se comportó correctamente y no transó.

Gracias amigos por sus mensajes. (es un poco tarde, por eso, este mensaje está un poco caótico, pero no quería esperar hasta manana para contestarles).

Marta Salazar dijo...

ayer en la noche se me quedaron dos ideas en el tintero:

1) lo ocurrido en Polonia es muy reciente, de manera que no tiene comparación con Espana y

2) la revelación acerca de Wielgus provienen de un sacerdote, de otro sacerdote, no del estado, ni de grupos políticos.

En realidad, debería haberlo escrito en el artículo.

Este sacerdote escribió un libro que intenta -desde hace meses- publicar, sin lograrlo.

Porque ni los unos, ni los otros, lo querían editar. Ni los nacionalistas que quieren servirse de la Iglesia como elemento catalizador de fuerzas. Ni los "postcomunistas", que podrían salir aún "peor parados".

En otras palabras, las revelaciones y el análisis crítico del pasado vienen de dentro de la Iglesia polaca y no son impuestas desde afuera, lo que considero positivo.

Pienso que Wilegus hubiese tenido una oportunidad si hubiera reconocido públicamente antes que fue colaborador (informante probablemente) de la policía secreta.

Lamentablemente, se le pasó esta oportunidad.

Si se fijan en los discursos del Papa en Polonia, me parece que hay claves para entender algo más del problema. ´

Saludos sabatinos!

Alberto Tarifa Valentín-Gamazo dijo...

Estoy de acuerdo con Marta, al final va a parecer que los malos han sido los clérigos católicos, y no los comunistas.
Está bien conocer la verdad; pero la verdad es que Polonia (y otros muchos países) han sufrido una dictadura comunista, y el comunismo es la suma de todas las mentiras y de todas las violencias.

Marta Salazar dijo...

Hola hola!

No, no creo que nadie piense esto "Estoy de acuerdo con Marta, al final va a parecer que los malos han sido los clérigos católicos, y no los comunistas", después de todo, quienes revelaron lo que había sucedido fueron/fue un sacerdote católico.

Recomiendo la laectura del artículo enlazado por Marcos Ktulu en su blog, hay enlace a su artículo en mi blog (oriente, occidente...).

Mejos coloco el link:

http://alemaniasociedad.blogspot.com/2007/01/oriente-occidente-wielgus-putin-y.html

Un saludo grande!