miércoles, enero 17, 2007

¿Cuánto dura el experimento bolivariano?

Nuevamente contamos con un excelente artículo de Diego Goldman ¡Muchas gracias! Lo transcribo a continuación.

¿Cuánto dura el experimento bolivariano?

Por Diego H. Goldman
Mal que les pese a los nostálgicos del socialismo y a los cultores del realismo mágico, el experimento económico y social que el Coronel Chávez está llevando a cabo en Venezuela lleva inscripto en su partida de nacimiento el signo del fracaso.

Así como una ley sancionada por la legislatura no puede contrariar la ley de la gravedad haciendo que llueva de abajo hacia arriba, ni la voluntad ni el capricho de ningún líder político, por más carismático y pintoresco que sea, puede alterar los principios más básicos de la ciencia económica.

El Coronel y su fantasiosa "revolución bolivariana" quieren insistir una vez más en la fórmula que ha llevado a la ruina a todo aquel que ha intentado aplicarla a lo largo de la historia: la estatización de todos los medios de producción y la supresión de los mecanismos de mercado y el sistema de precios.

Parece que el estruendoso colapso de la URSS, las hambrunas de Corea del Norte y el triste y pauperizado presente de su tan amada Cuba no han enseñado nada al mandamás venezolano, quien al grito enfervorizado de "socialismo o muerte" ha prometido la "nacionalización" de las hasta ahora privadas empresas de energía y telecomunicaciones.

Por qué estas y otras iniciativas que apelan a la añoranza del comunismo están desde el vamos condenadas a ser un fiasco es algo que el economista austríaco Ludwig Von Mises explicó bastante bien hace ya varias décadas.

La cuestión es harto sencilla: en el mundo existe una cantidad limitada de recursos, y una cantidad infinita de necesidades humanas. ¿Cómo asignar esos escasos recursos para satisfacer del mejor modo posible las necesidades de los seres humanos? Pues bien, cuando existen mercados libres y propiedad privada, las personas expresan sus preferencias en el mercado dando nacimiento a precios que reflejan la importancia que para ellas tiene determinado bien. Esos precios, a su vez, sirven para orientar los recursos hacia la producción de los bienes más demandados por los individuos. Por ejemplo, si en determinado lugar los melones son un bien escaso y muy apreciado por la población, la puja por quedarse con los escasos frutos existentes implicará un aumento en su precio, que a su vez hará que los agricultores, en su búsqueda de mayores ganancias, incrementen la producción. De este modo, los recursos se orientan a la producción de melones, dejándose de lado otros posibles usos cuyo producto no es tan apreciado por la población. En una economía socialista, por el contrario, al estar todos los recursos productivos en manos del Estado y al haber desaparecido la propiedad privada, los precios desaparecen privando a los "planificadores" del insumo básico para saber qué producir y en qué cantidades. La consecuencia no es otra que el racionamiento de bienes, la escasez, las largas colas y la pobreza generalizada que caracterizaron la práctica del "socialismo real" en todas partes del mundo.

Pues bien, ese es el sistema que quiere aplicar el Coronel Chávez en Venezuela. Un sistema dónde son los políticos, y no los usuarios, los que decidirán cuantos teléfonos instalar y cuando hacerlo, a quien venderle la energía y a quien no, etc. Más aún, es un sistema que, además de promover la ineficiencia, da enormes oportunidades de que funcionarios corruptos hagan pingües negocios al margen de la ley. Los argentinos en su momento lo comprobamos con empresas como Entel y Segba, y creo que nadie guarda buenos recuerdos de los quince años de espera que demandaba la instalación de un teléfono ni de los cortes de luz "programados".

En el mediano plazo, sin duda las nacionalizaciones venezolanas empezarán a mostrar sus fallas, la falta de inversión y la ineficiencia generalizada se harán evidentes y bienes fundamentales como la energía y las comunicaciones escasearán para perjuicio de toda la población. Según los analistas, incluso la empresa estatal "estrella" de Venezuela, la petrolera PDVSA, está produciendo hoy muy por debajo de sus posibilidades, debido a la escasa inversión.

En definitiva, la fecha del colapso económico venezolano sólo podrá ser postergada mientras los altos precios del petróleo permitan tapar los baches de la gestión estatal de los recursos, dando al gobierno abundantes "petrodólares" para repartir a troche y moche de modo de mantener feliz a la población y callados a los opositores. Aún así, la declarada intención de suprimir definitivamente todo resquicio de autonomía del banco central venezolano, quizá acelere las cosas dejando la puerta abierta al poder político para que haga uso y abuso de la emisión monetaria, con efectos inflacionarios nefastos que pueden llegar a adelantar la "fecha de vencimiento" del régimen, aún antes de que caigan los precios internacionales del crudo.

Si a los desmanejos económicos le sumamos el autoritarismo de un régimen que cancela licencias a canales de televisión no adictos al gobierno, expropia propiedades que considera "improductivas", pretende gobernar por decreto sin recurrir al parlamento, avanza hacia la conformación de un "partido único" y aspira a la reelección indefinida, así como el descarado y payasesco "culto a la personalidad" de un militar desquiciado que gusta de dar largos discursos frente a reproducciones gigantes de su cara y se considera a si mismo un prócer, la suerte de los venezolanos no puede mover a otra cosa que a sentir compasión por ellos y rezar porque el "bolivarianismo" no se extienda por el resto de Latinoamérica.

La caída del régimen venezolano es sólo una cuestión de tiempo. Cual será su fecha exacta es algo difícil de predecir: hagan sus apuestas.

4 comentarios:

cristian dijo...

Muy interesante y fundamentado análisis el de Diego Goldman. En realidad, lo increíble y novedoso no es el ya archicomprobado fracaso de las políticas socialistas en cuanto al objetivo final de toda política económica, es decir, asegurar el bienestar y el acceso a los bienes de toda la población. Lo insólito es que, pese a la contundente experiencia histórica, hay gente que aún cree que el socialismo fracaso en tantas decenas de paises, es la solución.
Esa ignorancia histórica es la que permite que gente como Chávez acceda al poder y se mantenga tras elecciones, basado en una ingenuidad notable de los electores.
¿estará la clave de esta desinformación en la educación? Estoy preparando un post que analiza algunos contenidos de los textos de Historia entregados por el gobierno chileno para niños de Ed. Básica, y cuyas distorsiones pro socialistas, pueden permitir incorporar conceptos errados desde tan temprana edad, que mantengan vigente estos errores históricos y oculten su fracaso rotundo.
Creer que el socialismo garantiza la equidad, el desarrollo y la justicia social, es como creer que el nazismo garantiza la paz.

Alberto Tarifa Valentín-Gamazo dijo...

Desgraciadamente, aunque es cierto que el régimen de Chávez tiene fecha de caducidad, porque todos la tienen, algunos muy desastrosos consiguen durar una barbaridad, ahí está Cuba, por ejemplo.
Hay un motivo más importante que los precios para desechar el socialismo: la falta de libertad individual y la dependencia del poder por la falta de propiedad privada.

Anónimo dijo...

Es indudable que todo regimen tiene su caducidad, pero predecirlo es cosa de adivinos (que si tenemos muchisimos, lamentablemente malos todos, en nuestra querida América). Ahora bien, insistir que el socialismo siempre ha fracasado es ser pesimista de antemano y no tener esa capacidad de sueño y magia que abunda en nuestro contienente. Si creemos que el único sistema económico imperante ha de ser el mercado, veamos el reflejo en el país paradigmático de éste, los Estados Unidos, donde conviven más de 20 millones de habitantes en pobreza (desde la crítica a la moderada) y todo gracias a las distorsiones de un mercado dominado por las trasnacionales y los cada vez más escasos dueños del capital. Tal vez en E.E.U.U estos 20 millones no representen nada, pero es casi una Venezuela y tres Uruguay y eso, duelale a quien le duela, es bastante. Las reglas de la economía no deben ser rígidas y eso es lo que busca el socialismo, hacerlas flexibles parael provecho de las mayorías. La propiedad privada es buena pero cuando se manipula, se aprovecha de ella y se utiliza en desmedro de las mayorías, envilece.

Anónimo dijo...

Lo sorprendente es que hay gente que crea que el "libre mercado" SIGUE siendo el modelo a utilizar despues de la gran cantidad de pobres que este sistema genera. La desigualdades sociales y económicas que éste genera no pueden dejarse de ver, por mas anti socialista que sean.

LAS 500 PERSONAS MÁS RICAS DEL MUNDO TIENEN MAS RIQUEZA QUE LOS 416MILLONES MÁS POBRES. (Y NO LO CONSIGUIERON CON HORAS DE TRABAJO, SINO GRACIAS A LA ESPECULACIÓN FINANCIERO/PARASITARIA.)