Queridos amigos:
Este es mi primer artículo en Planisferio y, como tal, de alguna forma es una declaración de intenciones. Mi intención es escribir un artículo semanal para Planisferio. Había pensado en hacer un resumen de noticias, comentándolas por cierto. Pero me he decidido por escoger la noticia de la semana -por llamarla de alguna manera- esto es, la noticia que, para bien o para mal, nos guste o no, ha sido la más importante de los pasados siete días, en Alemania. La importancia viene dada por el número de personas interesadas o por sí misma. Por ejm., habrá algunas noticias de economía o del mundo de la cienca que comentaré que no son interesantes para la mayoría de los ciudadanos alemanes, y por ello, tal vez no han sido tan citadas por la prensa; pero que, en sí, son interesantes, sobre todo -espero- para los lectores de Planisferio.
La noticia de la semana ha sido, sin lugar a dudas, la victoria del equipo nacional frente a los Estados Unidos. 4 a 1 en Dortmund. Un resultado que ha hecho olvidar -aunque nunca faltan los rencorosos- aquel 1 a 4 frente a Italia hace tan sólo algunas semanas.
Una derrota o una victoria del equipo nacional del deporte más popular de Alemania no sería tan importante si no faltaran menos de 80 días (el contador de días, horas, minutos y segundos está aquí, arriba a la derecha) para el inicio del Mundial.
El debate acerca de la seguridad en los estadios que nos ocupó a comienzos del año, ha sido reemplazado por la disputa acerca de Klinsmann. ¿Quién es Jürgen Klinsman? Un ex-jugador nacional (delantero, gran goleador). Hoy es el entrenador de la selección nacional. ¿Por qué hay tanto revuelo en torno a su persona? ¿Por qué es tan criticado?
Porque el ambiente del fútbol en Alemania es agresivo, eso hay que reconocerlo. Me atrevo a decir que más que en otros países. Porque los jugadores (y también los dirigentes) están ávidos de figuración, en desmedro del llamado espíritu de equipo, es evidente que, si cada uno quiere lucirse individualmente, es difícil ganar un partido. Aunque individualmente sean buenos jugadores, si no juegan juntos, los resultados son peores de lo que podrían llegar. A esto se suman, los líos entre las mujeres de los jugadores... pero esto ya es harina de otro costal y, más bien, tema para las revistas de la farándula.
Volviendo a Klinsmann, su mayor problema es que no vive en Alemania, sino en California. ¿Por qué? Porque está casado con una norteamericana, Debbie, en la foto con su primer hijo, Jonathan. Porque el clima es mejor en California que en Alemania y, probablemente, porque ha encontrado muchos amigos, que es otra de las razones que llevaron (a mediados del año pasado) a otra alemana de fama mundial, a la escritoria Cornelia Funke, a trasladarse desde Hamburgo a California. (En su caso, se sumaba la necesidad de estar cerca de los estudios donde se filman las películas basadas en sus libros).
Pero hay otra razón para que Klinsmann no sólo resida en los Estados Unidos, sino que permanezca en Alemania el menor tiempo posible: los impuestos.
Al igual que, en el caso de Boris Becker, los asesores tributarios (una profesión liberal que en Alemania está tan extendida como la de médico o abogado) de Klinsmann, le aconsejan que, si no quiere pagar los altos impuestos alemanes, es mejor que pase el menor tiempo posible aquí, para que las autoridades no lo lleven a juicio por sostener que reside en otro país (EEUU), en circunstancias que reside en Alemania. Lo que ocurriría si pasara la mayor parte de su tiempo entrenando a la selección, de cuerpo presente. Por el momento, Klinsmann da instrucciones por teléfono y participa en videoconfernecias. Durante el Mundial, permanecerá en Alemania, esperamos...
Excurs acerca de Becker: en aquel entonces, Boris fijó su residencia en Suiza, pero pasaba tanto tiempo en München que fue llevado a juicio por evasión de impuestos. El resultado: dos años bajo libertad condicional. El Finanzamt no hace distinción frente a los héroes nacionales... Nos persigue a todos por igual.
Klinsmann ha sido ampliamente atacado desde todos los frentes: asociación de fútbol (que reconoce que ya es tarde para designar a otro entrenador), hinchas (basta ver los foros en internet para darse una idea de lo caldeados que están los ánimos) y -¿cómo podía ser de otra forma?- la prensa. La semana pasada apareció un artículo en el Washington Post en que el comentarista norteamericano se admiraba (en sentido negativo) acerca de las críticas y las peleas que rodeaban a la selección nacional en Alemania.
Luego de la victoria del miércoles pasado, la situación ha cambiado, se puede decir que la tortilla (para no alejarnos de California) se dió vuelta para Klinsmann. Nuestro entrenador ofreció, después del partido, una conferencia de prensa y en ella inició su contraataque. Inflamado por el 4 a 1, arremetió contra sus detractores, acusándolos de pesimistas, de agresivos y de negativos.
Y después tomó el avión y se fué a los Estados Unidos, donde lo esperan Debbie, Jonathan y Laila. Probablemente, seguido de muy cerca por los funcionarios del temido Finanzamt (la oficina de finanzas) que anotan -me los imagino con su ropa gris haciendo su labor de seguimiento- cuántas horas y cuántos segundos pasó, esta vez, Klinsmann en Alemania.
Desde el 4 a 1, Jürgen ha vuelto a tener defensores en Alemania, que lo llaman cariñosamente, Klinsi. E incluso han sostenido que, si alguien logra que los jugadores ganen en espíritu de equipo y, por ende, jueguen coordinadamente, ese será Klinsmann, él y sólo él.
Para ponerse a resguardo de un eventual fracaso de la selección en el Mundial, sus partidarios han recordado la famosa y ya tradicional frase del mismísimo Jürgen Klinsmann: si el equipo alemán no es mejor, es porque falta material. El material, hay que aclararlo a los lectores de Planisferio, son los jugadores. En otras palabras, si los jugadores no son mejores, no se le puede pedir al entrenador que haga milagros y logre el título mundial.
Pese a todo o tal vez por ello mismo, le deseamos la mejor suerte a Jürgen Klinsmann y su equipo. Hoy faltan 76 días para el inicio del Mundial.
4 comentarios:
Querida Marta: me cae simpático mi vecino (aunque seguramente vive en una zona mucho más elegante que la mía...jajajaja) Pero vamos a ser un poquito críticos: compensar la pérdida contra Italia, con un triunfo contra EEUU es conformarse con poco, no te parece??? Si el triunfo hubiera sido contra Brasil, Holanda, Méjico, Nigeria, Argentina...vaya y pase... pero USA??
De todas maneras mucha suerte en este mundial!!!! que gane el mejor!!! y que se diviertan todos haciendo catarsis frente al televisor!! jajaja...
No puedo desear demasiada suerte al equipo alemán, porque se la deseo al español, que falta le va a hacer, pues en estas grandes competiciones siempre acabamos haciendo el ridículo. Esto especialmente si nos cruzamos con Alemania en el "fatídico cruce de cuartos" -que no se si es posible-, que es cuando solemos hacer las maletas...
Suerte sí para que el campeonato sea... de campeonato.
Alberto
¡Que agresivo el finanzamt! Le está causando muchos problemas a la selección de futbol. No creo que sea muy bueno un entrenamiento telefónico. Jugar el mundial como local es una ventaja que Alemania puede estar desaprovechando un poco.
Yo no estoy muy de acuerdo con Lola, creo que la selección de Estados Unidos es bastante buena. Aunque no creo que un partido amistoso sea un buen indicador de qué tan bien o mal puede jugar un equipo.
Eugenio, me alegro de que USA tenga un buen equipo... la verdad es que no sigo el futbol (ni ningún deporte porque no tengo TV!!!) Pero me refería a los equipos con tradición de buen fútbol (o "fulbo" como dicen en las Pampas... jajaja)
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