En estos días, nos hemos llevado una desagradable sorpresa: un país latinoamericano aparece en la lista de estados en que se persigue a los cristianos. Sí, Colombia aparece junto a los países más fanáticos del Islam y Norcorea, uno de los últimos estados comunistas, en el mapa de Open Doors
Agradezco la imagen a la página de Die Welt en Facebook Hago ver que ni siquiera Cuba aparece en la lista, lo que me hace pensar que la situación de los cristianos colombianos debe ser bastante mala.
Open Doors explica la inclusión de Colombia, en los siguientes párrafos (la traducción es mía y es libre y no literal, es más un comentario que una traducción):
Desde un punto de vista formal -explica el Informe de Open Doors- el país sudamericano es un país moderno y democrático, donde el imperio de la ley y la libertad de religión garantizada se hallan garantizados. Pero gran parte del país están controlados por organizaciones criminales, por cárteles de la droga, por revolucionarios y por tropas paramilitares.
Si bien es cierto, continúa, la constitución garantiza la libertad de religión, las organizaciones criminales se dirigen abiertamente contra los cristianos. La persecución sealimenta de la combinación de dos elementos: el crimen organizado observa que los cristianos, que protestan abiertamente contra las actividades delictivas, como una amenaza, especialmente si están involucrados en proyectos sociales o en la política. También se sabe que la fe cristiana es incompatible con sus ideales. Se teme la influencia de los cristianos en la sociedad e incluso entre los propios miembros de las organizaciones criminales, ya que ello podría conducir a la resistencia contra sus actividades delictivas.
Los cristianos comprometidos son considerados como enemigos o traidores. A menudo son el blanco de intentos de asesinato; con frecuencia, los pastores cristianos son especialmente amenazados, secuestrados y asesinados. Muchos se niegan a pagar dinero por su protección, se rebelan y se muestran en contra del reclutamiento de combatientes jóvenes dentro de sus comunidades. Su compromiso contra el crimen organizado ha llevado a no a pocos cristianos, a la muerte. Ser un cristiano es un peligroso para una guerrilla, por lo tanto, un guerrillero cristiano puede ser ejecutado. El cristianismo es contrario a la ideología marxista y la cultura de la violencia.
La mayor persecución, se vive en tierras de indígenas cristianos, debido a la aliaza entre los "paganos" (no cristianos) dentro la población y las tropas paramilitares. La población "pagana" o no cristiana recibe apoyo material de los paramilitares, para que puedan perseguir a los cristianos indígenas. Los grupos paramilitares (FARC y otros) impulsan a hacerlo, afirmando que los cristianos indígenas, destruyen su verdadera cultura y tradiciones. La FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), instrumentaliza así a la población que se convierte en una especie de ejército de avanzada para aterrorizar a los cristianos.
Los territorios de las tribus indígenas de Colombia están protegidos por una ley nacional, que les da autonomía. Gracias a la autonomía, las fuerzas de seguridad del estado (policía y militares) no ingresan en dichas áreas. Las regiones son administradas por organizaciones de los grupos étnicos que son muy débiles y están infiltrados por la guerrilla. Debido a que el gobierno no está presente y el estado de derecho es prácticamente inexistente, estas áreas se han convertido en refugios de la guerrilla y de su tráfico de drogas. Esta situación contribuye a empeorar la persecución de los cristianos.
El laicismo radical es otra fuente de persecución que ha aumentado su influencia en la capital, Bogotá, y en otras grandes ciudades colombianas, así como también en otros países de América Latina. Las características son repetidos brotes de intolerancia contra los cristianos que participan en la vida pública.
Según los informes recibidos en Open Doors, durante 2012, tres pastores fueron asesinados en Colombia. Uno de ellos en La Guajira, asesinado por una organización criminal, porque estaba en contra de la contratación pública de jóvenes de esa zona como miembros de una banda nueva. En Córdoba, un pastor fue expulsado por las FARC y su sucesor asesinado una semana después. Otro pastor que dirigía un centro de rehabilitación, fue asesinado en circunstancias misteriosas. Más de 300 cristianos en los territorios de las tribus indígenas fueron desplazados de sus hogares, algunos fueron raptados y maltratados y amenazados. Open Doors nos dice que el gobierno apoya estas acciones.
Recomiendo la lectura del informe completo en pdf, en esta dirección
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