sábado, enero 30, 2010

Feliks Tych, historiador polaco sobreviviente del holocausto en el Bundestag




Queridos amigos, el discurso (27.01.2010) de Feliks Tych en el Bundestag, con motivo del Día de las víctimas del Holocausto tienen, a mi modo de ver, una trascendencia europea, pues sobrepasa las fronteras nacionales de Alemania... y de Polonia, donde vive Tych y país del que es ciudadano.

Ayer publiqué las notas que tomé rápidamente al escuchar su discurso (gracias al Bundestag por subirlo a la red y colocarlo así al alcance de todos), en Feliks Tych

Me quiero detener sólo en un punto, más bien en dos: La frase "So machte der Niedertracht der einen den Heldenmut der anderen zunichte", que traduje ayuer como "así, la grandeza de unos fue anulada por la bajeza de los otros".

Efectivamente, el heroísmo de Wanda, la profesora que lo salvó a él, después de que lograra escapar del guetto de Radomsko (justa, en Yad Vashem) se contrapone con la bajeza del ex-compañero de su hermano, igualmente polaco, que, al verlo por la calle, lo denunció a los nacional socialistas, quienes lo ejecutaron.

Efectivamente, "el holocausto liberó, en gran parte de la población, los más bajos instintos y los llevaron al convencimiento que podían matar judíos sin pena alguna. Muchos de los judíos que volvían a sus casas desde los campos de exterminio (después de la guerra, cuenta que el primer movimiento era volver a la patria, para ver quién de su familia había sobrevivido), fueron, después de la guerra, víctimas de progromes", por parte de la población local.

Dice que, en los pueblos, donde la población "cristiana" fue testigo de cómo deportaban a los judíos (con su ayuda) o los ejecutaban, el umbral moral descendió de tal forma (esta formulación es mía, pero es lo que dice) que parecieron pensar que a ellos les estaba permitido matar judíos...

De manera que, después de la guerra, hubo, en varios países de Europa, matanzas de judíos y progromes por parte de la población local. Esto ocurrió también en su patria, Polonia.

"Durante los primeros cincuenta años después del Holocausto, en Europa se percibió como un genocidio alemán, lo que, para una serie de países, fue una actitud muy cómoda. Desde los años '90, la historiografía toma este mito de la inocencia (Unschuldmythos) como objeto de su investigación". Sin embargo, siempre cuesta -continúa- tematizar la participación de la propia población en el genocidio de los judíos. Dice que, hay algunos que salen a defender a toda costa lo que ellos consideran "el honor nacional".

"Nada puede liberar la responsabilidad del holocausto al III Reich. Sin embargo, tampoco hay ninguna razón para que los gobiernos de Hungría, Rumania, Eslovaquia, Bulgaria o Croacia, que imitaron esas leyes (se refiere a las Leyes de Nürnberg) silencien la narración acerca del Holocausto.

Bueno, manos a la obra entonces, la labor de los historiadores jóvenes es ingente.


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