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En mi humilde opinión, el capitalismo nórdico al que re refiere el ministro Stubb es la Economía social de mercado.
Agradecemos la foto (en Viena, april de 2008) a Wikipedia y a Mikhail Evstafiev (Evstafiev)
Durante más de 20 años ha habido una fiesta, en que celebramos que el capitalismo ha destruido al socialismo. Los mercados libres han triunfado sobre las economías planificadas, las democracias sobre los regímenes autoritarios y Hayek sobre Marx.
Según el profesor Francis Fukuyama hemos llegado al final de la historia: todos los 200 estados-naciones, pronto se convertirían en una democracia liberal, con una economía social de mercado.
Desgraciadamente, iniciamos la fiesta, demasiado pronto. La competencia entre las diferentes ideologías y sistemas sociales continúa. Sólo aproximadamente la mitad de los países del mundo pueden ser definidos como democracias capitalistas.
¿Significa esto que el capitalismo funciona a la perfección? ¡Por supuesto que no! Nunca ha sido y nunca será; pero, por ahora no hemos encontrado un sistema mejor.
El capitalismo es bueno porque fomenta la libertad y el crecimiento. También a menudo, marcha de la mano de la democracia. El problema es que, durante los últimos años, el capitalismo ha impulsado un mercado financiero más complicado, con expectativas poco realistas y una gran disparidad de ingresos. Afortunadamente, el capitalismo tiene una tendencia a corregirse a través del mercado, proceso actualmente en curso.
La crisis financiera actual se considera -con o sin razón- como una crisis económica y política del mundo occidental. Naturalmente, yo no creo que la democracia y la economía de mercado estén en una crisis catastrófica.
Se tiende a exagerar la situación, sobre todo debido a que políticos, banqueros y periodistas echan más fuego a la hoguera. También tenemos una tendencia a exagerar la importancia de la época en la que vivimos. Tanto la economía real, como los empleadores y los trabajadores sufren de vez en cuando el debate surrealista.
El problema de la economía es global; pero la política es local. Nadie quiere o nadie se atreve a asumir la responsabilidad. Si una fábrica cierra, se culpa de inmediato a los políticos o a la globalización. Pienso que es una explicación muy barata.
El modelo nórdico es una combinación de mercado y el estado de bienestar. En realidad, nuestro servicio público no es tan grande como se pretende que es. A diferencia de muchos países, el sector público en los países nórdicos es relativamente eficiente y, además, nosotros nos preocupamos de nuestras finanzas públicas.
En Finlandia, hablamos de capitalistas que actúan como socialistas. En Suecia, es lo contrario. Tal vez es hora de que aprendamos unos de otros. El modelo nórdico funciona. Tal vez deberíamos comenzar a exportar el capitalismo nórdico.