El resumen sobre The EEAG Report on the European Economy 2011, dado a conocer ayer. Cito los párrafos referidos a España (cocretamente el cap. 4 del resumen); pero recomiendo leer el documento completo, puesto a nuestra dispocisón en internet. Muchas gracias!
"Durante más de una década previa a la crisis actual, España fue calificada de éxito económico. Después de un periodo con una discreta actuación económica, caracterizada por una alta tasa de desempleo patológico, su tasa de crecimiento se aceleró hasta exceder la media europea, su perspectiva fiscal mejoró y el desempleo empezó a caer hasta niveles normales para Europa. Se benefició de la entrada a la Unión Monetaria Europea, que le ofreció un beneficio fiscal inesperado, en forma de una rápida convergencia de los tipos de interés a niveles europeos: España no tuvo que pagar prima por riesgo de inflación en forma de tipos de interés más altos.
"Sin embargo, la “década de oro” ha tenido un dramático final, dado el severo impacto de la crisis en España. Ha sufrido la destrucción masiva de empleo que ha hecho retroceder el paro a niveles superiores al 20 por ciento. Una reducción drástica del PIB ha generado grandes déficits presupuestarios y España ha sido castigada por los mercados financieros imponiéndole diferenciales más altos que a Italia y Bélgica, aunque menores que a Grecia, Irlanda y Portugal.
"Analizamos la economía española antes y después de la crisis, destacando los diversos puntos débiles que hacen dudar de la sostenibilidad del boom económico. Durante esos años, la economía española se especializó en servicios intensivos en mano de obra no cualificada y en la construcción. España acumuló diferenciales positivos de inflación con respecto al resto de Europa, que al final crearon un problema de competitividad y contribuyeron a enormes déficits. Esto sucedió a pesar del dinamismo del sector exportador, el cuál había mantenido una evolución satisfactoria pero no creció suficientemente como para compensar el gran aumento de las importaciones. La productividad total de los factores era baja y gran parte del crecimiento se debió a la reducción del desempleo, combinada con grandes flujos de inmigración.
"Además, durante este tiempo se hizo muy poco por tratar de solucionar la rigidez estructural del mercado laboral y del mercado de productos. Esta rigidez tiene un bajo potencial para crecimiento a largo plazo y reduce la capacidad, que la economía tiene para amortiguar los shocks. Con la crisis actual, los salarios actuales crecieron más de un 3 por ciento a pesar del enorme incremento del desempleo. La rigidez estructural que fue responsable de la pobre actuación del mercado laboral en los años 80, quedó encubierta por el boom de la “Década de Oro”. Tememos, por tanto, que cuando que la crisis acabe, predominará un periodo con altas tasas de paro.
"La crisis ha intensificado la necesidad de reforma, con el gobierno teniendo que enfrentarse al doble reto de alcanzar cuanto antes la consolidación fiscal para calmar a los mercados y evitar así la insolvencia, y a la misma vez de implementar reformas estructurales. Las políticas restrictivas podrían haber sido más moderadas si el gobierno español se hubiera embarcado antes en el programa de reformas. De esta forma, se hubiera dado credibilidad a la política económica española y hubiera implicado menos restricciones financieras por parte de los mercados de capitales internacionales. Lamentablemente, dichas reformas nunca se llevaron a cabo.
"Sin embargo, estas reformas son necesarias para reasignar mano de obra al sector exterior y así restaurar el equilibrio interior y exterior; y también para alcanzar un aumento de la productividad suficiente como para mitigar la reducción de los salarios reales, que son necesarios para el ajuste. Estos factores son necesarios para que España corrija el gran desequilibrio del sector exterior, lo que supone un componente necesario para todo paquete de consolidación fiscal. Insistimos en la necesidad de reformar la legislación que protege el empleo y el sistema de negociación colectiva, así como el mercado de productos, lo que aumentaría la competencia y la necesidad de España por mejorar la calidad de sus I+D y de los sistemas educativos. Hay que hacer menos hincapié en las inversiones en infraestructura y más la formación de capital humano.
"En particular, apoyamos la propuesta hecha en 2009 por 100 economistas para permitir acuerdos a nivel de empresa para invalidar acuerdos sectoriales, por ejemplo, si el nivel de acuerdo más bajo implica un crecimiento salarial menor que el sectorial. Así, los acuerdos sectoriales deberían sólo definir una opción por defecto, en caso que la negociación no se dé a nivel empresa. Al mismo tiempo, se debe seguir dando los pasos necesarios para acabar con la dualidad de protección en el mercado laboral, así como reformar los subsidios de paro para que se incentive la búsqueda de trabajo.
"También queremos hacer hincapié en las reformas que harían el sector público más eficiente, así como la liberalización de las barreras de entrada en el sector servicios y la mejora de la productividad en pequeñas y medianas empresas. Una rápida reforma del sector financiero, después del shock del mercado inmobiliario, es crucial para dar credibilidad a la economía. El objetivo debe ser aumentar el crecimiento de la productividad total de los factores, que hasta ahora ha sido desalentadora y tendrá un papel clave en el aumento de las exportaciones y en la mitigación a corto plazo del impacto negativo de las reformas estructurales en el nivel de vida (de los ciudadanos), haciéndolas más aceptables políticamente.
"La crisis ofrece una oportunidad única de llevar a cabo un extenso paquete de reformas. La única cuestión es si la sociedad española y sus políticos aprovecharan esta oportunidad".
Sí, es la duda que nos asalta a todos y no es precisamente una pregunta de poca importancia.
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