martes, octubre 13, 2009

El círculo vicioso de la pobreza en Argentina



Muchísimas gracias al Economista y a Agustín, por regalarnos este artículo para Planisferio. Publicado originalmente en el excelente blog Frenos y contrapesos

La imagen es de Wikimedia, ¡muchas gracias! Como también a la presidencia argentina, de donde procede la foto.

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Por l' Économiste

Es casi imposible que algún político deje de mencionar la problemática de la pobreza y sugiera que debería ser responsabilidad del Estado eliminarla o mitigarla. Los gobernantes, por falta de acciones "apropiadas" en la redistribución del ingreso, serían entonces los responsables finales de tal situación.

Para algunos (la mayoría) el Estado es el principal actor. La pobreza se explicaría por los gobiernos ineptos y corruptos. Si los gobiernos estuvieran en manos de los "buenos", la pobreza se eliminaría gradualmente. Para esto se proponen todo tipo de "planes sociales". Esta visión es uno de los paradigmas más fuertes de la actualidad y tanto los políticos como otras organizaciones repiten a coro esta superstición.

Si efectivamente la pobreza fuera la consecuencia de una inapropiada administración pública, con la experiencia histórica sobre el tema, ya hubiese dejado de existir en el mundo hace varios siglos. La realidad nos muestra que existen países en los cuales la pobreza extrema (indigencia) casi no existe; pero también es muy cierto que en otros países la situación es mucho más dramática.

La experiencia muestra que la ayuda humanitaria es necesaria, que debe ser bien administrada — pero que no elimina el problema, sino que atenúa sus consecuencias. Será muy difícil encontrar mucha pobreza en aquellos países con fuerte crecimiento de la actividad económica. Aquí está el meollo del problema: solo una alta tasa de inversión en actividades competitivas internacionalmente mejora la retribución real del trabajo y la ocupación.

La Argentina estaba entre las primeras 12 naciones por su PBI per capita hasta 1950. Esto explica la fuerte inmigración europea que recibimos hasta esos años. Pero eso se acabó; desde entonces el país cayó estrepitosamente en su posición internacional. Cabe preguntarse qué pasó. ¿Vinieron los "malos" a gobernar o se impusieron "malas ideas", creando un sistema económico no competitivo internacionalmente?

La mejor estadística para ver lo sucedido es comparar las exportaciones per capita del país con la de aquellos países con una población semejante a la Argentina. La situación es verdaderamente dramática. Nosotros exportamos aproximadamente 1.500 dólares per cápita (valores del 2007). Cualquier país europeo mediano está por arriba de los 6.500, llegando en algunos casos como Finlandia a los 17.000. Los nórdicos en general están arriba de esa cifra.

Los números muestran la pérdida de competitividad en la producción de bienes y servicios. El gran crecimiento del comercio exterior de los últimos 50 años ha sido de productos industrializados. Es aquí donde la Argentina no participó en forma relevante. Y ello llevó a una caída relativa de los ingresos globalmente comparados.

¿Qué ha sucedido y qué sucede en la decadencia? Sin duda aumenta la indigencia y se disparan secuencialmente crisis que la acentúan. En una economía no competitiva, el Estado no puede contar con recursos suficientes (que siempre provee el sector privado). Al principio se echó mano del impuesto inflacionario; el público le respondió a ese riesgo con la dolarización de sus activos financieros. Eliminada la alternativa inflacionaria (no del todo), se recurrió al default. Pero ante la repetición de este recurso se perdió el crédito público (y gran parte del privado) voluntario.

El hecho de haber anulado las fuentes genuinas del financiamiento —y la imposibilidad de usar las 'perversas'—, hace que el Estado finalmente no pueda resolver la extrema pobreza. Podemos decir entonces que la pérdida de competitividad directa o indirectamente aumenta la pobreza y la indigencia.

Queda una alternativa: la estatización de la actividad privada. Esta alternativa, que parte de la creencia que de esa forma habrá menos pobres, ha sido probada en el mundo y se ha demostrado su inutilidad.

Estas reflexiones apuntan a señalar que un sistema económico no competitivo de carácter "feudal" genera un pobreza creciente que el Estado no está en condiciones de resolver.


4 comentarios:

Agustin Mackinlay dijo...

Marta.

Muchas gracias. L'Economiste tiene ideas muy interesantes!

Agustin

Ludmila Hribar dijo...

Muy interesante exposicon sobre un tema que al paso que vamos no tiene solucion. Y si seguimos asi para la "alternativa: la estatización de la actividad privada" al menos parcial mucho no falta...algunos intentos se estan haciendo.

James dijo...
Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.
Marta Salazar dijo...

James, no sé si eres uno de los tantos James argentinos que ha pasado por mis blogs... pero te digo: publicidad gratis, para hoteles o para lo que sea, será borrada inmediatamente