Para las personas que no viven en Santiago la palabra Transantiago[1]puede no tener ninguna importancia, sin embargo, para una simple estudiante que debe utilizarla locomoción colectiva para llegar a su casa de estudios sí la tiene.
Es que una ciudad de más de seis millones de habitantes no es un lugar muy cómodo para movilizarse, lo que gracias al Transantiago se supone que se modificaría.
En pocas palabras, el Transantiago es un plan que está implementando el gobierno para modificar la forma en que se diseña, aplica y configura el transporte público, de forma tal que sea más eficiente, rápido y seguro.
El problema es que parece que los estudios que se realizaron para la aplicación de este plan no fueron acertados u omitieron ciertos factores, ya que su implementación completa ha sido atrasada nuevamente. Más allá, de si el ministro de transporte tiene o no razón con respecto a los fundamentos de los problemas que han ocurrido en el Transantiago, son los usuarios los que están pagando las consecuencias de los “errores”.
Lógicamente son las personas con menores recursos que viven en las comunas más populosas y alejadas de Santiago las que han tenido los peores problemas, producto de que han sido sacado de circulación miles de microbuses “amarillos” los cuales ha sido reemplazados por los “verdes”.
Las micros, como le llamamos nosotros, amarillas son las que funcionaban con anterioridad a la supuesta implementación por etapas del Transantiago. Las verdes, son las que están incluidas en este plan, son más grandes, con menos asientos y se “supone” que más lentas para evitar accidentes.
La disminución de la cantidad de micros amarillas y la poca frecuencia con la que pasan por lo paraderos para que las personas las puedan tomar, ha creado un caos en las mañanas y en las tardes, ya que son muchos los que pierden demasiado tiempo esperando poder ir y venir del trabajo, en algunos casos son casi un hora o más de espera, a la que se le debe agregar la otra hora que como mínimo que se demora en llegar al hogar.
Ya que las micros están colapsadas y no alcanzan a movilizar a todos los usuarios muchas personas han optado por el metro, lo que ha llevado a que el metro también ha colapsado, en ciertos horarios. De esto puedo dar testimonio, ya que hay veces que uno simplemente no puede entrar al vagón de lo lleno que está, cosa que no ocurría hace unos diez años.
Antes de terminar debo destacar que la red del metro ha crecido y lo seguirá haciendo, por lo que cada días conecta un mayor cantidad de puntos al interior de Santiago, lo que lógicamente ha llevado a que más personas lo usen.
Santiago es una ciudad con altos niveles de contaminación, por lo que se debería incentivar a las personas para que utilicen el transporte público con mayor frecuencia, pero dada las actuales condiciones esto no ocurre.
Reconozco que la idea del Transantiago de modernizar el transporte público es muy buena, sin embargo, los costos que están teniendo que pagar los usuarios, sobre todo aquellos de menores recursos, ha sido demasiado alto y lo seguirá siendo hasta que no se tome en serio este plan y se adopten las medidas necesarias para poder llevarlo realmente a la práctica.
[1] Hay más información en la página: http://www.transantiago.cl/web2005/Transantiago_Home2005.htm
Es que una ciudad de más de seis millones de habitantes no es un lugar muy cómodo para movilizarse, lo que gracias al Transantiago se supone que se modificaría.
En pocas palabras, el Transantiago es un plan que está implementando el gobierno para modificar la forma en que se diseña, aplica y configura el transporte público, de forma tal que sea más eficiente, rápido y seguro.
El problema es que parece que los estudios que se realizaron para la aplicación de este plan no fueron acertados u omitieron ciertos factores, ya que su implementación completa ha sido atrasada nuevamente. Más allá, de si el ministro de transporte tiene o no razón con respecto a los fundamentos de los problemas que han ocurrido en el Transantiago, son los usuarios los que están pagando las consecuencias de los “errores”.
Lógicamente son las personas con menores recursos que viven en las comunas más populosas y alejadas de Santiago las que han tenido los peores problemas, producto de que han sido sacado de circulación miles de microbuses “amarillos” los cuales ha sido reemplazados por los “verdes”.
Las micros, como le llamamos nosotros, amarillas son las que funcionaban con anterioridad a la supuesta implementación por etapas del Transantiago. Las verdes, son las que están incluidas en este plan, son más grandes, con menos asientos y se “supone” que más lentas para evitar accidentes.
La disminución de la cantidad de micros amarillas y la poca frecuencia con la que pasan por lo paraderos para que las personas las puedan tomar, ha creado un caos en las mañanas y en las tardes, ya que son muchos los que pierden demasiado tiempo esperando poder ir y venir del trabajo, en algunos casos son casi un hora o más de espera, a la que se le debe agregar la otra hora que como mínimo que se demora en llegar al hogar.
Ya que las micros están colapsadas y no alcanzan a movilizar a todos los usuarios muchas personas han optado por el metro, lo que ha llevado a que el metro también ha colapsado, en ciertos horarios. De esto puedo dar testimonio, ya que hay veces que uno simplemente no puede entrar al vagón de lo lleno que está, cosa que no ocurría hace unos diez años.
Antes de terminar debo destacar que la red del metro ha crecido y lo seguirá haciendo, por lo que cada días conecta un mayor cantidad de puntos al interior de Santiago, lo que lógicamente ha llevado a que más personas lo usen.
Santiago es una ciudad con altos niveles de contaminación, por lo que se debería incentivar a las personas para que utilicen el transporte público con mayor frecuencia, pero dada las actuales condiciones esto no ocurre.
Reconozco que la idea del Transantiago de modernizar el transporte público es muy buena, sin embargo, los costos que están teniendo que pagar los usuarios, sobre todo aquellos de menores recursos, ha sido demasiado alto y lo seguirá siendo hasta que no se tome en serio este plan y se adopten las medidas necesarias para poder llevarlo realmente a la práctica.
[1] Hay más información en la página: http://www.transantiago.cl/web2005/Transantiago_Home2005.htm
6 comentarios:
Gracias por el artículo!
Tal vez sería bueno vender sillas- paragua, para la gente que tiene que esperar en los paraderos.
Son bonitas, livianas, de buen precio. Organicemos una ex-importación!
Es un poco en broma, pero también un poco en serio.
Y qué hicieron con las micros amarillas?
Sabes de qué marcas son?
Que las verdes sean más lentas, sin duda es un beneficioso para los peatones, por aquello de "más vale perder un minuto en la vida que la vida en un minuto".
Sobre todo, sabiendo que los micreros actúan guiados por la máxima "sólo Dios sabe si vuelvo".
En serio, gracias por tu artículo, un abrazo!
Hola:
Gracias, el otro dia en las noticias decian que partes de las micros amarillas las han llevado a provincias (las micros viejas siempre se van a provincia).
Hola. Ayer vi en la televisión que hubo una protesta violenta de unos estudiantes en Chile relacionada con el tema de transporte ¿Estará relacionado con lo que tú nos informas Alezita?
Hola:
Con respecto a las protestas que ha habido, quiero escribir, espero tener tiempo para publicarlo hoy.
Besitos!!!
Menos mal que vivo en Viña del Mar
Sí, pero no te creas la muerte, que a lo mejor las micros amarillas aparecieron ya en Viña, ja ja.
Yo escribo desde Alemania, país desde donde tradicionalmente vienen los enemigos número 1 de los micreros de Santiago.
Si no, pueden pregutarle a los estudiantes alemanes que se aventuran a pasar algún semestre en Santiago...
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