martes, enero 09, 2007

España está dividida

Antes de nada, me gustaría agradecer a todo el equipo de Planisferio y a Marta Salazar en particular la oportunidad que me brindan de conversar con ellos (y con todos sus lectores) a través de este blog.

En este primer artículo me gustaría dar una idea general sobre cómo veo yo mi país, España, y es una reflexión concretada en mi mente a raíz del último atentado de E.T.A.

Seguramente en todos los países existen estereotipos acerca de cómo son sus ciudadanos y los del resto de países, y suele ser regla general que los primeros estereotipos sean más favorables que los segundos. De hecho eso es probable que ocurra incluso dentro de un mismo país, entre regiones distintas del mismo. En España, con diecisiete comunidades autónomas, esa verdad se eleva a la decimoséptima potencia. La educación de los españoles durante tres décadas de tiranía no mejoró precisamente el asunto.

Obsérvese el número: 17. Creo que prácticamente cualquier cosa dividida en tantas partes tiene que parecer por obligación frágil. Aunque también es cierto que un sistema con tantas partes puede ser un ente sumamente rico y complejo. Y pienso que España lo es.

Cuando se afirma algo sobre la esencia de un país o de la de sus ciudadanos se hace una simplificación monstruosa, y no se puede tomar como la verdad acerca de esa cuestión salvo a riesgo de caer en ridículo y ofensa a alguien. Sin embargo, me voy a tomar esa libertad, porque pienso que, sobre todo a los lectores no españoles, puede interesar conocer una de las razones de que internacionalmente los españoles nos mostremos como país como nos mostramos.

La esencia de España es la división, y así ha sido desde siempre. Curioso, direis, que una nación - estado de las que se crearon en Europa hace cuatro o cinco siglos base su naturaleza en lo contrario a la unión de partes de las que nacieron dichas naciones, pero es que no me refiero (sólo) a la división política o administrativa. La división (en sus múltiples formas: negativas, como "disensión", pero también positivas, como "diálogo") forma parte de nuestra forma de ser social.

Unos cuantos ejemplos os lo pondrán más claro.

- Deporte: pese a tener cada comunidad autónoma sus propios equipos de fútbol, no hay aficionado a ese deporte que no se declare "culé" (aficionado a F.C. Barcelona) o "merengue" (aficionado al Real Madrid), cuando se trata de clasificarse sobre esa cuestión. Y es una división fina y profunda: creo que no habrá nadie que "sea" de los dos...

- Religión: se dice que España es uno de los países más católicos del mundo, pero a la vez es uno de los más anticlericalistas (hay que reconocer que la iglesia católica en España se lo ganó a pulso antes de la Transición), y cada vez cobra más fuerza el ateísmo militante. Esta división social es todavía más profunda e incoherente que la anterior, por varias razones divergentes: a) el católico español es probablemente el feligrés más rácano con la Iglesia, y a la vez entre los ateos "florecen" las supersticiones. b) Las diferencias entre creyentes y no creyentes se mezclaron de forma trágica con la política y fueron una de las causas de la Guerra Civil Española.

- Política: aquí el español dividido tiene su paraíso en la tierra. Las fracturas sólo son comparables a las de un jarrón de porcelana caído al suelo. Hay bandos distintos en todas y cada una de las ideas políticas que se pueda uno imaginar, y aunque muchas veces los bandos suelen estar "definidos" en derechas e izquierdas, no siempre es así: las izquierdas están divididas en varios sentidos, como su radicalidad (o su sentido de la realidad, si se quiere), y su grado de relación y asunción de objetivos de los nacionalismos periféricos, mientras que las derechas, aunque se les note menos, también tienen sus corrientes internas, curiosamente siendo el anticlericalismo y el liberalismo las más alejadas de la corriente aznarista imperante. Y ya he mencionado los nacionalismos: la principal idea política acerca de la cual se dividen los españoles es... su nacionalidad (entendida como opción personal, no como característica administrativa).


Pienso que tanto grado de división, y una división tan vehemente como las que los españoles mostramos, no son cosa demasiado buena. Los individuos se unen y se sienten sociedad no porque tengan lazos comunes (o no debería ser sólo así si queremos superar la etapa histórica del nacionalismo romántico), sino porque tengan delante un futuro juntos y se vean capaces de llenarlo con proyectos que se aborden todos juntos. En España, en cambio, todo lo que brilla es individual (y artístico). No tenemos la sabiduría del trabajo en equipo en nuestros genes sociales, pero a cambio tenemos el dinamismo de lo que evoluciona constantemente. Así, seremos unos de los pueblos más creativos del mundo, pero nos atenazarán siempre problemas como qué hacer con E.T.A., que sólo pueden tener solución si los abordamos unidos.

Después de una Guerra Civil que dividió el país, sus regiones, sus familias y hasta las almas de sus ciudadanos en dos y más partes, quizás sea demasiado pronto para pedir unidad y trabajo en equipo, pero no por ello deja de ser necesario. Al final, el problema es el orgullo: para colaborar, todas las partes han de renunciar, y aquí en España ése es un verbo que no se suele llevar a la práctica salvo causa de fuerza mayor.

Como pequeña aportación, terminaré diciendo que nada de lo dicho aquí es taxativo, verdad irrefutable ni está cerrado al debate. ¿Os animais al diálogo?

¡Saludos!

11 comentarios:

Alberto Tarifa Valentín-Gamazo dijo...

Claro que nos animamos. Ante todo gracias por acompañarme en la tarea de hacer inteligible lo que pasa en España. Lo segundo es que, realmente, es un poco difícil estar seguro de que estamos tan divididos los españoles, y mucho más de que esa sea una seña de identidad. Pienso que estamos así porque aún estamos en el proceso de crisis tras la debacle del imperio, un proceso lento, dramático, de descomposición, que no sé si se detendrá o acabará con nosotros -que todo puede ser-; y porque hay unos pocos políticos que nos llevan al enfrentamiento arrastrando a la gran masa amorfa detrás de ellos.
Dos cosas quisiera decir. No estoy de acuerdo con que la Iglesia católica se ganara la animadversión de nadie a pulso antes de la Transición; si te refieres a los mil quinientos años anteriores, me parece mucho decir, si se trata de su actitud con Franco, habrá que reconocer que el anticlericalismo es de bastantes siglos antes.
Lo segundo, aún hay mucho que nos une, vivo en Andalucía y, a pesar de los pesares, el sentimiento español es mayoritario; yo no diría que hay 17, sino 5 ó 6, como mucho. El símil futbolístico lo demuestra: ¿quién no se desespera con nuestra selección nacional?, o ¿quién no ha disfrutado con la de baloncesto, campeona del mundo?
Yo, por ejemplo, no soy ni culé ni merengue, sino colchonero (seguidor a muerte del Atlético de Madrid).
Que pase el siguiente.

M@k, el Buscaimposibles dijo...

Buenas respuestas.

Recordar que el imperio tuvo sus momentos de división interna (en la Península), que la Iglesia parió la Inquisición, apoyó al Antiguo Régimen y estuvo casi siempre junto a un poder político que no se puede decir que fuese magnánimo ni respetuoso con el pueblo, precisamente, aunque sí estoy de acuerdo con lo de que el anticlericalismo hunde sus raíces más atrás en el tiempo que en la guerra civil.

En cuanto a lo de que eres colchonero, ¿seguro que no eres antimadridista? ;-) (Y es que en España, eso se me olvidó comentarlo, la pertenencia a un grupo suele ir acompañada de un sentimiento "anti" otros grupos)

Marta Salazar dijo...

"La esencia de España es la división, y así ha sido desde siempre. Curioso, direis, que una nación - estado de las que se crearon en Europa hace cuatro o cinco siglos base su naturaleza en lo contrario a la unión de partes de las que nacieron dichas naciones, pero es que no me refiero (sólo) a la división política o administrativa. La división (en sus múltiples formas: negativas, como "disensión", pero también positivas, como "diálogo") forma parte de nuestra forma de ser social".

También se puede decir de Alemania, por eso tenemos una república FEDERAL y cada Bundesland (sobre todos los históricos, ubicados en el sur) es sumamente celoso al defender el federalismo.

Se puede hablar de la unidad en la diversidad? Algo que siempre me ha parecido muy sano.

"entre los ateos "florecen" las supersticiones" en eso estamos iguales por estos PAGOS germanos.

El antepenúltimo y el penúltimo párrafo son magistrales!

Gracias querido Mak!

GUILLE da MAUS dijo...

el sentimiento anticatólico es fuerte en España y va creciendo en todas las instancias desde que se la identifica sin contemplaciones ni discusiones con lo retrogrado y opresivo. Cualquiera que se atreva a cuestionar este "dogma" tiene que soportar el cargamontón de cuestionamientos y acusaciones de todas las leyendas negras habidas y por haber. Lo he experimentado en carne propia de parte de personas supuestamente formadas que creían que Galileo fue quemado por el papa español Borga, o que la inquisición ajustició a "millones".
Ese mismo ambiente prevaleció en la 2da republica con las consecuencias que todos conocemos.
Un amigo español llamaba a esta animadversion la "tragedia española" consistente en que los unos no saben defenderse ante los otros que no quieren perdonarles ni el nombre endilgándoles -para colmo- sus crímenes para hacerles más aborrecibles.

Ángel dijo...

España no es que esté dividida, es que hay gente que dice no sentirse español ni identificado con la bandera. El nacionalismo, en mi opinión, es corto de miras, todo va a una bandera y un territorio y lo utilizan como argumento para las armas. Lo mismo aquellos que utilizan la religión o el género para imponerse a los demás.

Ahora el debate de la asistencia del PP y la AVT a la manifestación por los asesinados en el último atentado. Pregunto, ¿hay moral o ética en la política, o habría que decir en los políticos? ¿Cómo es posible que se antepongan intereses partidistas en un asunto tam importante como lo es la lucha contra el terrorismo, hay elecciones este año, a los intereses del bien común? Por eso yo voto de acuerdo a mis ideales cristianos.

Hoy más que nunca hace falta más diálogo y menos intolerancia. Pienso que la raiz de todo esto viene porque el hombre, hay quien se encarga de ello, está sacando de su vida a Dios.

Sobre el tema futbolero, respeto las ideas equivocadas (en ocasiones profundamente equivocadas, jejejejeje), pero donde esté el Real Madrid, vamos ... y tranquilos que algo ganaremos este año.

Alberto Tarifa Valentín-Gamazo dijo...

Jope, M@k! Un poco de simplificación hay en tus dos primeras líneas ¿no? En cuanto a las dos segundas... pues hombre, un poco de antimadridista... ten en cuenta que soy de Barcelona... De todas formas, cuando Barça y RM juegan en el extranjero, prefiero que ganen, siempre que no tenga que aguantar luego a sus hinchas, y basta leer la última línea de miblog para comprenderlo (y mira que me estaba cayendo bien...:-).

M@k, el Buscaimposibles dijo...

Cuando se resumen cuatro siglos de historia en dos líneas no queda otra que simplificar, pero como hechos, creo que son verídicos, ¿no? Por cierto, yo también creo que este año ganaremos algo los merengues: las risas del resto de equipos...

Ángel dijo...

En el deporte, como en la vida, lo importante es llegar a los últimos momentos vivos (que el resultado nos permita "estar" en el partido). El Madrid, como en la vida, puede parecer que está (que es así) mál y que no juega a nada, ¡ojo!, que vamos terceros y queda toda la segunda vuelta. Lo importante en los partidos, como en la vida, es ganar el partido y eso SOLO ocurre cuando pita en árbitro. Ahora parece que vamos perdiendo, pero si apretamos los dientes ¡BARREREMOS!, en el deporte como en la vida.

Cabo dijo...

Tu artículo peca de superficial por los cuatro costados. Para empezar, decir que la esencia de España es la división me parece enteramente gratuito. ¿Por qué no va a ser la esencia de España el imperio y la unificación en la hispanidad? Deberías leer "España no es un mito" de Gustavo Bueno (Ed. Temas de Hoy). Es un consejo inútil quizá pero ahí queda.

David Nikolalde dijo...

Romántica España, anhelado Euskal Herria...

Anónimo dijo...

REYEZUELOS E IGLESIA, este es el trauma de españa.