Al gobierno de Nigeria no le faltan ingresos. En las últimas décadas las ventas del crudo y del gas han conseguido ingresos sin precedentes. Los presupuestos nacionales y los de los estados han crecido de una manera notable, sin embargo casi todo se esfuma. Después de los pagos del personal administrativo y del ejército, las inversiones en proyectos de mejoras de infraestructuras se desvanecen.
"Los logros de la presente dispensación política ofrecen esperanza," aseguraron los obispos al final de su primera reunión anual del pleno centrada en el tema "La Iglesia en Nigeria: manteniendo la esperanza viva."
La cancelación de parte de la deuda, los ingresos – sin precedentes – de las ventas del crudo y del gas, así como el crecimiento espectacular del servicio de teléfonos móviles que pasan ya de los 17 millones son ciertamente signos de esperanza.
Pero los nigerianos se encuentran todavía sin suministro estable de electricidad, agua limpia, que se pueda beber, y de carreteras transitables. Y es que mientras la población y las actividades económicas han crecido a buen ritmo, la provisión de estos servicios, que son responsabilidad del gobierno, en lugar de crecer ha disminuido de modo alarmante. En la ciudad de Lagos, puerto y centro comercial, la compañía estatal de electricidad ha reducido el suministro a menos de cinco horas diarias (de las veinticuatro) con el agravante de que el servicio es epiléptico y caótico pues los cortes ocurren en cualquier momento.
La falta de abastecimiento de agua, ha hecho surgir a centenares de productores de agua potable embotellada, o simplemente empaquetada en bolsas de plástico que distribuyen y venden por todas partes. Los desperdicios están causando obstrucciones en los desagües de las calles contribuyendo en periodo de inundaciones al destrozo de las calles. La falta de agua limpia hace que la gran mayoría de la población – que no puede comprar la que ofrecen los comerciantes – se esté contaminando con enfermedades del tifus y la disentería.
Por otra parte, las universidades, escuelas, hospitales y demás instituciones se hunden por falta de fondos.
Se necesitan inyecciones masivas de capital en infraestructuras, en la educación y en el dote de bienes de equipo. Se necesita un gobierno que garantice los derechos de propiedad y la seguridad para atraer inversores.
Sin embargo el gobierno continúa dilapidando los recursos del petróleo en beneficio propio, para mantenerse en el poder y enriquecerse sin medida.
La situación del Delta es otro ejemplo de falta de justicia y de la corrupción de los líderes en el poder. La región que produce las riquezas de la nación ha sido abandonada por décadas, y aún ahora, cuando finalmente han conseguido un 13% de los ingresos que producen, no ven los beneficios porque los fondos terminan en ricas cuentas bancarias, casas y propiedades de los líderes del gobierno central y de sus propios estados en Europa y América.
Los indígenas de la zona que antes luchaban entre sí, se han unido recientemente contra su enemigo común, el gobierno central explotador de sus recursos y los gobiernos de los estados que colaboran en el robo.
Ahora demandan "el control" de sus recursos naturales y se comprometen a "conceder" un porcentaje para contribuir al sostenimiento del gobierno central. Quedan tres rehenes de los nueve capturados en su último ataque: dos americanos y un británico en sus manos. Cuando parecía que estaba cerca la liberación de uno de ellos mediante un pacto con el gobierno para asegurar en su región un trato más favorable, los secuestradores han retirado la oferta ante una masiva movilización del ejército en su zona.
Los obispos aconsejan a los responsables encontrar un camino para una solución justa y prevenir la tentación de recurrir a la fuerza militar para "aplastar" a los "rebeldes."
Una de las fuentes de corrupción más notorias en el gobierno consiste en la dispensación de licencias y contratas a multinacionales con su participación en los beneficios (kick back) que producen a los contratistas. Hay que hacer notar que se necesitan dos partes para cualquier fraude. Está claro que gobiernos de Occidente y sus multinacionales cooperan con gobiernos corruptos y hacen posible el fraude al país en beneficio de unos oficiales y de sus familias, que viven escandalosamente e impiden que el país se desarrolle.
Son los problemas de una nación rica en petróleo. La corrupción aumenta de manera galopante. El escándalo de transferencias de cuantiosos fondos a Europa por pasados jefes militares y presentes oficiales del gobierno continúa, aunque se hayan dado algunas denuncias más por motivos políticos que por efectivos controles.
Habría que preguntarse también: ¿cómo es posible que estas transferencias se realicen impunemente? ¿Es que los gobiernos y los bancos en Occidente no tienen medios para detectar tales injustificados ingresos en cuentas personales?
¿Cómo es posible este grado de corrupción? ¿Cómo se puede contener? Desde luego la corrupción es más fácil en un país rico en petróleo. Estas riquezas y la ausencia de líderes con visión, han hecho que se abandone la agricultura y la industria: muchos viven simplemente de las rentas que el gobierno distribuye entre los estados de las ventas del crudo. Muchos de los nigerianos – sobre todo en las zonas del Delta y del norte – por la falta de dirección de sus líderes, aspiran tan sólo a tener acceso a una mayor participación de las riquezas del petróleo.
Incluso las etnias que tradicionalmente han sido destacadas por su espíritu emprendedor, los Igbos y los Yorubas, se están atrofiando con los ingresos fáciles del gobierno.
Con este balance ambivalente y al cabo del "segundo mandato" electoral permitido por la constitución – que fue ampliamente abusado en unas elecciones fraudulentas de 2003 –, la presente administración está empujando una apresurada reforma constitucional que haría posible un "tercer mandato."
El Presidente, General Olusegun Obasanjo, no ha manifestado su voluntad de presentarse de nuevo a las urnas, pero las maniobras de su partido para lograr las enmiendas de la constitución siguen progresando, con su tácito consentimiento.
Estas maniobras encabezadas por sus leales colaboradores, han conseguido que se apruebe un proyecto de enmiendas que incluye la opción a un tercer mandato: con él Obasanjo gobernaría por 12 años consecutivos. Un comité del senado ha completado su estudio sobre la conveniencia de las enmiendas y ahora sólo queda una aprobación formal por dos tercios de la asamblea nacional y de los estados.
Si Obasanjo se saliera con la suya, la esperanza de un cambio decisivo en la dirección política se pospondría indefinidamente. Nigeria necesita unos líderes con visión y con pasión para desarrollar el país, sacándolo de la "maldición del petróleo"
Los obispos terminan su importante comunicado con palabras del Papa Benedicto XVI en su reciente encíclica: "Un estado que no estuviera gobernado de acuerdo con justicia sería meramente una banda de ladrones." Añadiendo que "entonces el pueblo no tendría sino lágrimas por comida."
Jide Martins
3 comentarios:
Qué buen artículo, Jide... guau... qué bueno tener información tan bien presentada desde Nigeria... Gracias!
Hola:
es terrible como se distribuyen las ganancias en este mundo, el como un pais que cada dia gana mas dinero es incapas de satisfacer las necesidades mas basicas de su poblacion, tal como el gua potble o una infraestructura que posibilite el desarrollo de otras empresas diferentes al petroleo y el gas.
Ojala logren encont5rar esos lideres con vision.
¡Estupenda reseña del acontecer en Nigeria!
Es una pena constatar a diario cómo el poder (arrebatado) de unos pocos implica de manera prácticamente inevitable la opresión y omisión de los derechos más fundamentales del resto. Ojalá las instituciones actuales sean lo suficientemente sólidas para no avalar una reelección de Obasanjo.
¿Cómo se organiza políticamente Nigeria?
Saludos. Gustavo Hernández
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