Ese viernes se encontraba trabajando en el Centro Integral de Atención a la Mujer A.C. (Cimac) en Cancún cuando varios hombres armados la aprehendieron. Fue llevada de Cancún (ciudad ubicada al sureste de México) hasta Puebla (en el centro del País) en un viaje de casi 1,500 kilómetros de carretera que duró más de 20 horas durante el cual fue víctima de hostigamiento psicológico. Durante el trayecto se le proporcionó agua y comida sólo en una ocasión y no se le permitió hacer ninguna llamada telefónica hasta llegar a Puebla.
En Puebla se le acusó del delito de difamación y se tenía preparado encerrarla con las "locas y las tortilleras", este último sobrenombre es usado para referirse a las lesbianas en la cárcel. Afortunadamente las celadoras la protegieron por considerar que se le quería dar un trato injusto.
Más tarde saldría a la luz pública que Miguel Marín, gobernador del estado de Puebla (cuya ciudad capital lleva el mismo nombre), participó en la organización del suceso referido.
Quien padeció este calvario es Lydia Cacho, periodista y defensora de los derechos humanos. Cacho ya había sido víctima de amenazas por haber defendido a mujeres que sufrían de violencia intrafamiliar. Las amenazas provenían de los maridos de estas mujeres, algunos de ellos narcotraficantes.
En esta ocasión la causa del maltrato era otra. Cacho escribió un libro titulado Los demonios del edén en el que describe como la corrupción en el estado de Quintana Roo (donde se encuentra Cancún) ayudó a proteger a Jean Succar Kuri quien ha sido acusado de abusar sexualmente de decenas de niñas además de participar en una red de pornografía infantil. Succar Kuri se encuentra detenido en Arizona y se busca su extradición.
En el libro se menciona que una de las personas que protegían a Succar Kuri era Kamel Nacif, un empresario de la industria textil conocido como "el rey de la mezclilla".
Nacif fue quien pidió la ayuda del gobernador poblano para amedrentar a Cacho. En los medios mexicanos se difundió una grabación de una conversación telefónica en la que Nacif y Marín hablan de lo que le hicieron a Cacho. En el diálogo, que se puede escuchar al final de este artículo, Nacif le agradece a su "gober precioso" lo que se le hizo a Cacho con dos botellas de coñac.
Cacho fue detenida el 16 de diciembre en Cancún y para el 21 de diciembre Marín afirmaba que era culpable, el gobernador poblano declaró a los medios que "para mi es un delincuente, o una delincuente, que cometió un delito".
El Proceso en contra de Cacho ha sido trasladado a Cancún y la periodista se encuentra libre bajo fianza.
Este caso ha provocado la indignación de la sociedad mexicana. En Puebla se han organizado varias manifestaciones pidiendo la renuncia del gobernador Marín y el Congreso federal le ha pedido al Poder Judicial que inicie una investigación especial.
Aunque el gobernador Marín ha declarado, refiriéndose a su renuncia, que "La época de los Reyes Magos ya pasaron (sic), tendrán que esperarse hasta otro tiempo, porque eso sería un sueño guajiro, pero no se les va a conceder y no vamos a renunciar, no hay razones para ello", la oposición que enfrenta es grave y se está buscando la forma de destituirlo. Para él es muy importante continuar en el cargo para conservar el fuero que impide que enfrente un proceso judicial.
Lydia Cacho ha dicho que demandará a Celia Pérez Gordillo, procuradora de Puebla, y a Rosa Celia Pérez, la jueza poblana que la declaró culpable.
Este tristemente célebre episodio de la vida en México muestra de forma vergonzosa que aún falta mucho por hacer para acabar con el abuso de poder y la corrupción en el país.
P.D. Aquí se puede escuchar la conversación de Mario Marín y Kamel Nacif.
2 comentarios:
Como en la canción popular... "en que nos parecemos tu y yo a la nieve..." En este tipo de tristes historias Méjico no se diferencia mucho de Argentina...
Es verdaderamente terrible lo que cuentas, me ha impactado. Sabía que hay abusos tremendos en México, pero siempre piensas que son casos aislados destacados por la prensa sensacionalista. Conocer detalles como este me hace pensar que el mal es profundo; pero no hay que desesperar, en Europa pasan muchas cosas atroces; pero estos abusos de poder se ha conseguido erradicarlos bastante (aunque queda tela que cortar).
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