lunes, julio 03, 2006

Lo que viví el 2 de julio.

En esta nota quiero describir mi apreciación de la jornada electoral mexicana del 2 de julio porque me ha enorgullecido todo lo que me tocó ver.

Participé durante todo el día en la casilla que me corresponde (la 4466) porque fui representante del Partido Acción Nacional (PAN) durante las elecciones, no pertenezco al partido pero quería cooperar en algo para que las votaciones se respetaran.

Los funcionarios de casilla se eligen al azar de entre todos los ciudadanos con credencial para votar, ellos aceptan su cargo libremente y no se les remunera.

A las 7:45 de la mañana ya estaban en la casilla todos los funcionarios. La casilla que me corresponde se divide en tres porque muchas personas votan en ella; además hay una casilla para elecciones federales y otra para elecciones locales. De esta forma, en la casilla había seis mesas de votación diferentes y cada elector vota de acuerdo con su apellido en una casilla local y una federal.

Para instalar la casilla hay que armar las urnas y las mamparas, hay que acomodar la papelería, revisar que se tengan todas las boletas y que estén bien los folios y se firman las boletas electorales para evitar que se introduzcan boletas extras que no fueron entregadas en la casilla. Esto toma mucho tiempo y las casillas abrieron hasta las nueve, lo que constituye un error en la organización de las elecciones porque había gente formada para votar desde las ocho de la mañana. Una persona estaba muy molesta porque no abría la casilla y los funcionarios no habían dejado de trabajar un segundo, que lástima.

Me dió mucho gusto ver participar a tanta gente en la elección en un ambiente totalmente festivo, casi todos estaban muy contentos de participar. Fueron a votar muchos ancianos, enfermos y discapacitados que hicieron un esfuerzo especial para estar ahí. La casilla fue muy concurrida votaron 448 de los 617 electores posibles en la mesa de votación que revisé (la 4466 básica local).

Los funcionarios de casilla tuvieron un comportamiento ejemplar, trabajaron todo el día para que las votaciones fueran exitosas. La escena que más me gustó fue la que viví en la noche cuando acompañé al presidente y a la escrutadora de la casilla a entregar el paquete electoral al IFE. Era de noche y los funcionarios habían trabajado durante todo su día de descanso, llovía fuertemente y todos estaban entregando sus paquetes bajo la lluvia pero de muy buen humor. En ocasiones me siento muy orgulloso de mi país.

1 comentario:

Marta Salazar dijo...

Buen humor, trabajo duro y cumplimiento del deber... puedes estar orgulloso de México! Con mucha razón!