viernes, noviembre 17, 2006

Familia y Políticas Públicas


Insólito resulta constatar que aún cuando estudios científicos serios y validados por la opinión pública demuestran que la familia tradicional (padre y madre unidos por matrimonio) presenta amplias ventajas sobre otro tipo de hogares, de todas formas el gobierno chileno insista en promover todo tipo de familias..

La ministra del Sernam, Laura Albornoz, ha señalado que hay distintos tipo de familias en Chile y a eso tiene que responder el Estado en sus políticas públicas. Promoveremos distintos tipos de familias, que es lo que existe en la sociedad. A su vez, Alicia Leiva de Mideplan, ha señalado que el concepto de familia se asimiló al de hogar, entendiendo como grupo de personas con o sin vínculo de parentesco que viven juntas y comparten un presupuesto común.

Por otra parte, Eugenio Tironi ha señalado explícitamente, demostrándolo con estadísticas y datos concretos, que los estudios demuestran que la familia nuclear tradicional es el modelo que genera más felicidad, bienestar y equilibrio. ¿Por qué entonces habría que promover otro tipo de familia? No estamos hablando de desconocer la existencia de casos distintos, de apoyarlos y propender a su mejor desarrollo posible, sino de algo muy distinto, que significa promover.

Me parece que ese sentido existe una contradicción vital en lo que está señalando el gobierno y su función esencial, esto es, propender al bien común. ¿Qué pasaría si el Estado decidiera que aunque está demostrado que un tipo de educación produce los resultados esperados, pero no se puede desconocer que existen otros tipos, por lo que va a promover todos los tipos de educación? ¿Qué diría la opinión pública si se hiciera lo mismo con la salud de las personas?

Ahora bien, siendo el actual gobierno socialista, no debiese sorprendernos que en su Consejo General de 1996 se señalara que pretender imponer modelos abstractos de conducta o de familia, que no representan la diversidad de las situaciones, es discriminar a una importante parte de la población y cerrar los ojos a la realidad. Ya en 1930 Gramsci promovía la modificación de la cultura, atacando al fundamento básico de una nación cristiana, para lograr la hegemonía de la sociedad civil.

No por nada nuestra Constitución señala que la familia es el núcleo fundamental de la sociedad, el Estado debe protegerla y propender a su fortalecimiento. No es sólo una frase de buenas intenciones, sino que se hace cargo de la realidad. Está demostrado que la familia tradicional es fuente de bienestar y felicidad, además que las claves para reducir la pobreza son la educación y el fortalecimiento de la familia.

¿Por qué entonces el gobierno no se decide por idear las políticas públicas necesarias para promover el modelo que sabe que es el más exitoso?¿No será que, con Gramsci, no les interesa hacerlo?

1 comentario:

Marta Salazar dijo...

Muy bueno Carol! Muchas gracias!

Creo que aquí está la clave:

"No estamos hablando de desconocer la existencia de casos distintos, de apoyarlos y propender a su mejor desarrollo posible, sino de algo muy distinto, que significa promover".

Yo sinceramente (que estoy cada día más liberal viviendo en un país agobiantemente estatista), cada día estoy más convencida de que, mientras menos se meta (inmiscuya) el estado en estos temas, tanto mejor le hace a la población.

Además, donde hay una familia fuerte, que recoge a quien cae, también económicamente, se dificulta la formación del PRECARIADO, que es políticamente peligroso, pues se deja llevar por los extremos, tanto de izquierda como de derecha.

Un arbazo!