Cultura en las alturas de La Paz
Juan Carlos Salinas Cortez
A 15 kilómetros de la ciudad de La Paz y a más de 4.300 metros sobre el nivel del mar, en la ciudad de El Alto, cerca de la localidad de Rosas Pampas, se encuentra Intervida una ONG de origen español, que desde 1993 esta en Bolivia y que en su trabajo diario atiende alrededor de 60 mil niños, a los que brinda un lugar alternativo a las frías y transitadas calles de esta localidad de Bolivia.
Edgar Centeno Chavarría, encargado de coordinar distintos proyectos, explicó que Intervida trabaja especialmente con mujeres, niños y jóvenes. “Estos son los sectores más vulnerables y es por eso que nuestra tarea es contenerlos, escucharlos y aprender de ellos”, aseveró.
Desde el 2004 esta organización tiene como interés el área de la cultura, sobre este punto Centeno Chavarría sostuvo que la tarea es brindar una oportunidad, hacer un diagnostico y promover la revalorización de las distintas expresiones culturales de niños y jóvenes.
En la sede de la ciudad de El Alto -los otros tres son Tinku Uta en Viacha, Mururata en el distrito 3 y Jikisiñataki en Tiwanaku, la Directora del Centro Cultural Inti Marka Teresa Guarachi indicó que era necesario contar con un espacio para la cultura y más en una ciudad donde este tipo de lugares son escasos. “La idea es brindar distintas alternativas, nosotros contamos con una biblioteca, una sala lúdica para los más pequeños, una sala de computación, un café cultural y un espacio para practicar danza y actividades plásticas”.
Cuando se le consulto desde que óptica Intervida entendía la cultura, Guarachi sostuvo que desde una visión muy amplia “pues en El Alto conviven las tradiciones andinas pero también hay expresiones propias de toda gran ciudad”, puntualizó.
La ciudad de El Alto cuenta con casi 800 mil habitantes y es el producto de décadas y décadas de migración interna. Miles de campesinos de La Paz, Oruro y Potosí se asentaron a las orillas de la gran ollada (así denominan a la ciudad de La Paz), y con el tiempo formaron otro enorme centro urbano donde predomina la población joven. En un estudio realizado por el área cultural de esta ONG se detecto que ante la falta de espacios los jóvenes se unen para formar grupos de pertencia. Así se calculo que hay 400 pandillas en esta ciudad (en Bolivia las pandillas no son necesariamente son sinónimo de violencia) donde miles de jóvenes comparten gustos musicales, maneras de vestir, formas de hablar y muchas veces se apropian de los espacios públicos para poder manifestarse.
Frente a esta realidad Guarachi sostiene que es necesario acercarse a estas pandillas y ofrecerles un espacio concreto donde ellos puedan expresarse y si es necesario salir a la calle. “Salimos a la calle en el festival Ayllus urbanos que hicimos el año pasado en este encuentro se rescato lo andino y lo moderno y se pudo observar que los jóvenes tienen mucho por decir y mucho por mostrar”. Por otra parte Guarachi afirmo que la comisión de cultura esta formada por niños y adolescente, pues la idea es que los jóvenes participen activamente de eso que se llama cultura.Cultura que va desde aprender a tocar un charango, leer un cuento, pintar, bailar música moderna, tallar una escultura, escuchar jazz o leer un poema. Esa es la propuesta de Intervida y de su área cultural. Una alternativa híbrida y mestiza como las necesidades de los jóvenes alteños.
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