Pilar Urbano es una de las grandes columnistas de la prensa española, veterana de medios como
ABC y
El Mundo, diarios situados “
a la derecha”, según esa división engañosa entre izquierda y derecha que voy a emplear en este artículo, aunque no sea de mi agrado. Además, sobre todo de un tiempo a esta parte, Urbano es escritora de éxito de libros que podríamos llamar “
de actualidad”: sobre el fallido golpe de Estado del 23 de febrero de 1981, sobre la agencia española de inteligencia (CSID, actual CNI), sobre el presunto terrorista Mohamed Atta, sobre el juez estrella Garzón, sobre el fundador del Opus Dei Josemaría Escrivá…, y sobre
la Reina doña Sofía.
Acaba de sacar el segundo libro de conversaciones con la Reina, el primero se vendió bien, sin polémica ninguna; pero el de ahora…, el de ahora, “La Reina muy de cerca”, ed. Planeta, ha hecho estallar el obús. En síntesis, lo problemático reside en que Su Majestad ha dicho que piensa que la unión entre personas del mismo sexo no debe llamarse matrimonio y que no acepta el aborto ni la eutanasia. Curiosamente, también ha dicho otras cosas no menos enjundiosas, como que no está de acuerdo con la invasión de Irak; pero éstas están saliendo en segundas nupcias.
El libro sale coincidiendo con el setenta aniversario de la Reina y envuelto en toda la parafernalia conmemorativa, que ha puesto en primer plano informativo al miembro más discreto –no por ello menos eficaz- de la Casa Real. Las opiniones de la Reina han soliviantado a lobby homosexual, y ha generado la controversia sobre si pueden o no opinar los Reyes sobre cuestiones que se debaten en la sociedad. Para que se entienda en países republicanos, los miembros de la Casa Real no votan en las elecciones, pues reinan para todos los españoles, con independencia de a quién elijamos para gobernar.
Lo curioso para mí ha sido la reacción de políticos y medios de comunicación. Simplificando, los políticos de derecha se han lanzado a criticar a la Reina por expresar sus ideas, mientras los medios de derecha se han lanzado a defenderla. En cambio, pienso que con más habilidad, los medios de izquierda son los que han sacado a la luz la polémica, criticando a la Reina agriamente, mientras los políticos de izquierda, el gobierno, han salido caballerosamente a alabarla por sus treinta años de servicio callado a España.
El portavoz de la oposición de derecha comparó a la Reina con la bandera, que es de todos y no emite opiniones. Me gustó la comparación, hasta que caí en la cuenta de que, en España, la bandera es un continuo emisor de opiniones políticas, como demuestra que en algunas regiones se resistan a exponerla en edificios públicos, como exige la ley, o se la queme, o que la izquierda, en cuanto tiene ocasión, exhiba otra bandera, la que creó la segunda República.
¿Y si la Reina hubiese dado el visto bueno al matrimonio homosexual, el aborto y la eutanasia? ¿Qué estaría pasando? Mientras tanto, el libro de Urbano se está vendiendo como rosquillas.
3 comentarios:
Por una vez y sin que sirva de precedente, coincidimos ;-)
ja ja ja, por lo de que no sirva de precedente!
gracias a Dios, Mak, se ha arreglado el problema de tu blog, ahora se ve bien :)
¿Cómo que coincidimos? ¿Qué habré hecho mal? Es broma M@k; de todas formas, aquí procuré ser lo más aséptico que soy capaz...
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