miércoles, agosto 27, 2008

Situación delicada en Bolivia

"En Bolivia hay gas para 150 años y Evo Morales para cinco, por lo que la guerra que librará el país en los próximos años será por la defensa energética, ya que los gobiernos del imperio vienen por estos recursos y poco les importan los procesos democráticos que el país está viviendo, como el referendo que confirmó al presidente en el cargo", fue la declaración del embajador de Bolivia en México, Jorge Mansilla Torres, publicada en el diario mexicano La Jornada.

La prolongada crisis política de Bolivia amenaza con agravarse aún más con el endurecimiento tanto de los sindicatos que respaldan al presidente Evo Morales por un lado y los opositores por el otro. El conflicto interno  amenaza a extenderse hacia los países limítrofes desde el pasado fin de semana, a partir de que grupos opositores, que incluyen movimientos cívicos, iniciara el corte de las rutas hacia la Argentina y Paraguay para presionar en el reclamo de la devolución de las recaudaciones del impuesto sobre los hidrocarburos y exigir que se eleve la tarifa del gas natural que se exporta a Argentina y Brasil. También exigen al gobierno el retiro del Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA) de los departamentos de Santa Cruz, Beni, Pando, Tarija y Chuquisaca.

Esta situación obligo al presidente Morales a enviar al Ejército a resguardar campos de petróleo. Lo informaban este lunes próximo pasado desde Bolivia:
La carretera que une Santa Cruz con Yacuiba, y que permite la salida e ingreso a Argentina y Paraguay, amaneció bloqueada por los movimientos cívicos del Chaco que demandan la devolución del 30% de los recursos del Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH) por parte del Gobierno. Entre tanto, por orden del presidente de la República, Evo Morales, efectivos de la Tercera División de Ejército resguardan los campos petroleros de la zona sur del país.
Tal y como lo decidieron la semana pasada en la junta cívica del Chaco realizada en Villa Montes, a partir de las cero horas de este lunes comenzó a ejecutarse el bloqueo de la ruta 9 y el cierre de la frontera con Argentina en San José de Pocitos. AGENSUR.info.
La situación es delicada en Bolivia, ayer continuaban los movimientos de los opositores en las regiones autonomistas, se acentuó el bloqueo de carreteras en la región del Chaco y la toma de estaciones de pago de peaje e instituciones en el oriente del País. Por su lado el gobierno envió refuerzos militares para que resguarden los pozos petroleros y gasoductos, a la ves que invitaba nuevamente al diálogo a los prefectos opositores, pero con la advertencia que emitirá un decreto para convocar un referendo constitucional si sus rivales se resisten a negociar.

Según se informa, con la polémica nueva Constitución, Morales busca otorgar más poder a la mayoría indígena del País y obtener mayor control gubernamental sobre la economía. El texto de la nueva Constitución es rechazado por los prefectos de cinco de las nueve regiones del país, que son fuertemente apoyados por los movimientos de los opositores en las regiones autonomistas.

En la búsqueda de una solución, los gobernadores, opuestos al gobierno nacional boliviano, que forman el Consejo Nacional Democrático (Conalde) solicitaron tanto a la Iglesia Católica como a la Organización de Estados Americanos (OEA) sus buenos oficios a fin de facilitar un proceso de diálogo entre las partes, a modo de último intento por hallar una salida negociada a la profunda crisis política que enfrenta el país.

De no acordarse una salida negociada al conflicto, lamentablemente puede hacerse realidad lo expresado por el embajador Mansilla Torres.

Fuentes utilizadas: La Jornada, México; La Nación, Argentina, AGENSUR, Argentina y Reuters.

2 comentarios:

hugo dijo...

esperemos que se pueda llegar a una acuerdo jorge, ya que cualquier desestabilización o secesión en bolivia tendrá consecuencias impredecibles para el cono sur de américa...

Jorge S. King dijo...

Realmente Hugo. El perjuicio que le haría a nuestro sistema energético sería muy importante, como para empezar a contar, sin entrar en detalles de las consecuencias.
Lo más grave sería que puede resultar como disparador de nuevos conflictos en la región.