En abril próximo pasado, tal como lo indicaban las encuestas y previsiones, se ha producido un suceso que marca un hito en la historia política del hermano Paraguay. La oposición encabezada por el Sr. Lugo le ha ganado al Partido Colorado, poniendo fin a una hegemonía de más de 60 años.
Ayer ha asumido Fernando Lugo la presidencia del hermano país, un ex obispo católico de una zona carenciada del Paraguay, ha asumido con la promesa de "usar sus ideales socialistas para combatir la alta corrupción y la pobreza".
Lugo, impulsado por la Alianza Patriótica para el Cambio (APC), una coalición de amplio espectro ideológico cuyo principal aliado es el "conservador" Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), enfrentan desde hoy importantes desafíos económicos y sociales en un país en el que la pobreza afecta a un gran porcentaje de la población.
Entre sus grandes desafíos están los generar puestos de trabajo en una economía altamente dependiente de sus exportaciones de soja y carne, y que no posee un aparato industrial sólido, mejorar las instituciones públicas, la salud, la educación y la justicia.
Días previos, e inmediatamente después de asumir el Sr. Lugo, despertó interés en la opinión pública y publicada la información de una alianza con uno de sus opositores, Lino Oviedo. El tema gobernabilidad es el principal factor que debe controlar un gobernante que impulsa cambios, que a su ves son reclamados por la población. Como sabemos, Lugo no cuenta con la mayoría parlamentaria, ni diez de las doce administraciones departamentales, en que está dividido el Paraguay.
Tenía que salir a hacer alianzas estratégicas. El tema pasa en ver que resultados obtiene con ellas y como afectaran su gestión de gobierno.
Hace poco leí que Oviedo, en relación a esta "alianza", señaló: "Los gobiernos no podían llevar adelante sus planes de desarrollo porque la oposición en el Congreso frenó todos sus proyectos de leyes. El país ya no aguanta nuevas postergaciones por enfrentamientos políticos".
El escenario político en Paraguay está cargado de expectativas, unas a favor otras en contra. Habrá que ver que pasa.
7 comentarios:
los frentes jorge han demostrado en la historia reciente de nuestra región que sirven para llegar al gobierno, pero no para gobernar...
el fracaso de la "alianza" argentina en 2001 es una prueba de ello.
incluso la "concertación" chilena, que fue exitosa durante varias gestiones presidenciales, parce comenzar a demostrar fisuras...
esperemos que en paraguay, donde hay tanto por hacer, funcione y asegure, como vos señalás, la gobernabilidad del país hermano.-
Coincido con vos Hugo, en cuanto al "éxito" de los frentes y alianzas. El tema pasa, según entiendo, que son soluciones temporales, que deben ser replanteadas constantemente.
La política, al igual que la mayoría de las actividades humanas, posee un dinamismo muy complejo que necesariamente debe ser comprendido por sus actores.
oremos porque el gobierno del ex-obispo se incline por la vertiente de la social democracia y no del socialismo...
Gracias Jorge!
Ojalá Marta, oremos para que tenga una gestión exitosa en provecho del pueblo paraguayo.
Y ojo al abrazo de oso de Chavez...
De todas formas, pienso que Lugo aportaba más y seguiría aportando más como obispo.
era de la teología de la liberación, Alberto...
Siempre hubiera estado a tiempo de corregirse; pero ahora...
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