[Como casi siempre, mea culpa, tiene que ser Marta la que me anime a poner en Planisferio un artículo. Han pasado ya unos días desde que lo escribí y, desgraciadamente, se cumplieron los pronósticos]
Nos echan, no nos echan, nos echan, no nos echan… ¿Nos retira la UEFA el Euro 2012 o se conforma la FIFA con quitarnos los seis puntos de los dos próximos partidos por adelantado? Teatro, puro teatro.
Al principio no estaba nada seguro de lo que pretendía el gobierno de Polonia. Ahora sigo sin estarlo, pero tengo una cierta idea. Hace poco más de un año escribí algo sobre el lamentable estado del fútbol polaco. Los intentos del anterior ministro de deportes y del anterior gobierno por sanear la situación acabaron en agua de borrajas, e incluso él mismo acabó tenitendo problemas con la justicia. Pues bien, hace unos días el nuevo ministro de Plataforma Cívica suspendió a la directiva de la Asociación Polaca de Fútbol (PZPN) y puso a un administrador, cosa que alteró los nervios de Platini y Blatter, que dieron un ultimatum: o antes del lunes 6 de octubre a las 12 ha desaparecido el administrador “o si no nos enfadamos”. No les interesan para nada las montañas de papeles que la fiscalía polaca tiene aglomeradas por fraudes futbolísticos.
¿Será verdad que el ministro de un ejecutivo cuya única devisa es llevarse bien con todos, ser feliz sin hacer nada y viva el public relations haya osado desafiar a los todopoderosos magnates del fútbol europeo y mundial? Pues yo me alegraría de que fuera cierto, aunque supusiera la exclusión de los equipos polacos de las competiciones internacionales y nos costase la organización del Euro 2012. Si se atrevieran a poner orden y a eliminar la corrupción del fútbol polaco, que es una plaga insoportable.
No se atreverán. Mañana habrá abrazo y las frases del día serán “venció el consenso”, “hemos salvado el fútbol polaco” y otras por el estilo (aunque ojalá me equivoque). Aún así, creo que las intenciones del ministro Drzewiecki eran otras. Me explico: Michał Listkiewicz, actual presidente del PZPN y antiguo árbitro internacional, debería finalizar su mandato dentro de un mes, antes de las nuevas elecciones en la asociación. Tiene las espaldas bien cubiertas en el PZPN y además inmejorables relaciones con Blatter. El plan bien podía ser el siguiente: hay elecciones en el PZPN y se elige una directiva nueva. Hasta ahí todo en orden. Pero entonces alguien se de cuenta de que los electores han cometido un error téctino, o un fraude (concertado de antemano, claro), y lleva el asunto a los tribunales, que ante tamaño escándalo no pueden hacer menos que ocuparse del asunto. Resultado: los nuevos dirigentes a la calle y la vieja guardia tiene que regresar para “poner orden” y preparar las siguientes elecciones en, digamos, dos años más. Es lo que Drzewiecki trata de evitar.
Parece que el nuevo ministro se ha dado cuenta de que con esta gente al frente el fútbol en Polonia tiene poco futuro. Veremos en que quedan sus maniobras. Toda esta batalla verbal es más bien una “toma de posiciones” antes de negociar. De momento, cada nuevo ministro que llega primero se escandaliza por la plaga de corrupción y luego no puede hacer nada, así que no soy del todo optimista en esta cuestión, y más teniendo en cuenta cómo de hipersensible es este gobierno a la opinión pública: ahora, todos aplauden que entre con la escoba a poner orden. Pero si hay sanciones esos mismos pueden volverse en su contra.
P.S: no nos echaron, llegamos a un acuerdo de última hora y puertas afuera parecería que el gobierno capituló. Sin embargo, consiguió un objetivo importante: tendrá un observador en las elecciones del PZPN, con lo que quizá garanticen un cambio de guardia y cierto control de la situación.
1 comentario:
Un saludo, Higinio, qué bueno encontrarte por aquí. Ya puedes contar con que lleva tiempo quitar del todo la roña de la maquinaria comunista, y como además se va instalando la de la maquinaria partitocrática, pues ya puedes armarte de paciencia.
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