Los últimos tiempos estamos viviendo el enfrentamiento más enconado entre la Iglesia católica española y el estado, personificado en su Gobierno, presidido como se sabe por José Luis Rodríguez Zapatero. La jerarquía eclesiástica española se ha alineado claramente en contra de muchas de las leyes que Rodríguez Zapatero llama avances en derechos, como la liberalización del divorcio (conocido ya como "divorcio express") o el matrimonio entre personas del mismo sexo. Pero no se ha quedado ahí, y ha entrado también en otros temas, de índole claramente más política, como la unidad territorial de España, o la nueva asignatura creada por el Gobierno para inculcar los valores que le sostienen en la juventud, llamada "educación para la ciudadanía", que los obispos y muchos padres católicos ven como una intromisión intolerable del Estado en su derecho a educar a los hijos.
Mirando un poco más a fondo, todo este griterío (porque así es como se vive la política en España, a gritos, y porque así han actuado la mayoría de los obispos en sus amargas quejas por la pérdida del poder heredado del régimen franquista que aún les queda -básicamente la educación privada religiosa y el Concordato con la Santa Sede), se puede entender como la puja entre dos gigantes de la filosofía -la religión y el estado liberal- por controlar a las personas, dándole, por favor, a "controlar" el significado más leve posible.
El Gobierno es claramente de izquierdas, más de hecho que otras corrientes del propio Partido Socialista Obrero Español, y si durante los ocho años de gobierno del Partido Popular la Iglesia prácticamente estuvo ausente de la arena política, durante la presente legislatura se ha podido ver a obispos españoles en diversas manifestaciones de la derecha política, a las que, sin duda, tienen todo el derecho individual a ir, pero en las que, como en todo evento en que concurran personas con cargo, su presencia representa un apoyo incontestable al tema de la manifestación, que, como digo, en el caso de las del Partido Popular (y organizaciones afines) siempre han sido de claro enfrentamiento al Gobierno, un ataque siempre trufado de insultos y hasta amenazas.
Desde que aceptamos que el resto del mundo no es católico y no va a poner la otra mejilla, es lógico que el Gobierno se revuelva, sobre todo si la jerarquía eclesiástica organiza una manifestación, oficialmente contra algunas de las medidas gubernamentales citadas al comienzo, que se acaba volviendo la ocasión de mentir y lanzar acusaciones sin sentido, como que aquellas medidas "rompen la democracia" en España. La actitud de la Iglesia en todas o casi todas las medidas sociales del Gobierno ha sido una oposición nada constructiva, y es probable que si sale de nuevo elegido Rodríguez Zapatero en las próximas elecciones las relaciones con el Vaticano sufran algún cambio brusco, sobre todo para el status de la Iglesia en España, con un número de feligreses que disminuye al mismo ritmo que aumenta el de los que directamente la odian. Puede ser, como reseña hoy ABC (el periódico monárquico, católico por antonomasia, decano de la prensa escrita española), que el P.S.O.E. pierda del orden de medio millón de votos de católicos en las próximas elecciones legislativas, pero también lo es que la posición eclesiástica es tan reaccionaria estos días que hasta el Partido Popular se ha alejado someramente de esa postura, aclarando que no va a modificar (derogar) ninguna de las leyes polémicas que supusieron la excusa de que la Iglesia saliese a la calle a protestar (aborto, divorcio, matrimonios homosexuales...), aunque para "contentar a la parroquia" (frase hecha) anuncia la creación de una "Ministerio de la Familia"...
He dado mi opinión, de una forma más personal que aquí, en estos dos artículos de mi blog:
Mirando un poco más a fondo, todo este griterío (porque así es como se vive la política en España, a gritos, y porque así han actuado la mayoría de los obispos en sus amargas quejas por la pérdida del poder heredado del régimen franquista que aún les queda -básicamente la educación privada religiosa y el Concordato con la Santa Sede), se puede entender como la puja entre dos gigantes de la filosofía -la religión y el estado liberal- por controlar a las personas, dándole, por favor, a "controlar" el significado más leve posible.
El Gobierno es claramente de izquierdas, más de hecho que otras corrientes del propio Partido Socialista Obrero Español, y si durante los ocho años de gobierno del Partido Popular la Iglesia prácticamente estuvo ausente de la arena política, durante la presente legislatura se ha podido ver a obispos españoles en diversas manifestaciones de la derecha política, a las que, sin duda, tienen todo el derecho individual a ir, pero en las que, como en todo evento en que concurran personas con cargo, su presencia representa un apoyo incontestable al tema de la manifestación, que, como digo, en el caso de las del Partido Popular (y organizaciones afines) siempre han sido de claro enfrentamiento al Gobierno, un ataque siempre trufado de insultos y hasta amenazas.
Desde que aceptamos que el resto del mundo no es católico y no va a poner la otra mejilla, es lógico que el Gobierno se revuelva, sobre todo si la jerarquía eclesiástica organiza una manifestación, oficialmente contra algunas de las medidas gubernamentales citadas al comienzo, que se acaba volviendo la ocasión de mentir y lanzar acusaciones sin sentido, como que aquellas medidas "rompen la democracia" en España. La actitud de la Iglesia en todas o casi todas las medidas sociales del Gobierno ha sido una oposición nada constructiva, y es probable que si sale de nuevo elegido Rodríguez Zapatero en las próximas elecciones las relaciones con el Vaticano sufran algún cambio brusco, sobre todo para el status de la Iglesia en España, con un número de feligreses que disminuye al mismo ritmo que aumenta el de los que directamente la odian. Puede ser, como reseña hoy ABC (el periódico monárquico, católico por antonomasia, decano de la prensa escrita española), que el P.S.O.E. pierda del orden de medio millón de votos de católicos en las próximas elecciones legislativas, pero también lo es que la posición eclesiástica es tan reaccionaria estos días que hasta el Partido Popular se ha alejado someramente de esa postura, aclarando que no va a modificar (derogar) ninguna de las leyes polémicas que supusieron la excusa de que la Iglesia saliese a la calle a protestar (aborto, divorcio, matrimonios homosexuales...), aunque para "contentar a la parroquia" (frase hecha) anuncia la creación de una "Ministerio de la Familia"...
He dado mi opinión, de una forma más personal que aquí, en estos dos artículos de mi blog:
Son dos notas motivadas por el desgarro interno que me supone ver pelear a las dos corrientes de pensamiento que me configuran, como persona de izquierdas (pero no tanto como Rodríguez Zapatero) y católica (pero no precisamente al modo de los obispos) que me considero. Pero más desazón me da ver que quien tiene claramente las de perder en esta lucha absurda es el catolicismo en España. No ya la Iglesia como institución, a la que no podrán quitar colegios privados ni casilla propia en la declaración de la renta, y que aunque perdiese todos los privilegios que le otorga en Concordato, seguiría siendo la más rica y potente de las organizaciones religiosas. Desde un punto de vista mundano, el poder de la Iglesia católica en España está mejor que bien apuntalado. Pero no es labor de la Iglesia apalancarse en el poder económico y político de sus fieles, ¡sino aumentar el número de éstos! ¿Acaso no es nuestra empresa la salvación de las almas? ¿Por qué seguimos pidiendo (peor: exigiendo) a quien no comulga con nosotros que promueva nuestro mensaje (a cambio de nada, o tal vez de ataques políticos) y no nos centramos en la predicación y en la resolución (que no ocultación alevosa) de nuestros problemas, quizás el principal de los cuales, la pederastia, es uno de los mayores males que asolan a la Iglesia? ¿Qué fórmula matemática nos asegura que es mejor creyente una persona educada en un colegio religioso? Al menos de entre mis conocidos, todos detestaron la experiencia y pocos sé que sean católicos practicantes, y yo mismo, que sí lo soy, he sido educado siempre en colegios públicos y en la mayoría de cursos he dado Ética y no Religión. ¿Me convierte eso, o ls ideas que aquí presento en peor católico que un fiel del Opus Dei, por poner el ejemplo de la asociación religiosa española más detestada?
Tal y como escribí en el segundo artículo que he enlazado, no se trata de vendernos por un mensaje más agradable para las personas, si creemos en éste, ciertamente más duro, pero también más consecuente y bello. Pero no seamos al menos tontos de vender dicho mensaje mal. No podemos tener dos caras: la buena de la iglesia de base, y la mala -porque lo es, para el resto- de la curia española.
Tal y como escribí en el segundo artículo que he enlazado, no se trata de vendernos por un mensaje más agradable para las personas, si creemos en éste, ciertamente más duro, pero también más consecuente y bello. Pero no seamos al menos tontos de vender dicho mensaje mal. No podemos tener dos caras: la buena de la iglesia de base, y la mala -porque lo es, para el resto- de la curia española.
9 comentarios:
Estimado M@k, quisiera aclarar una serie de errores evidente que veo en esta entrada y que pueden llevar a confusión a los lectores que no conozcan la situación de primera mano.
Pido de antemano perdón por la extensión ya que incluyo tu entrada para comentarla paso a paso.
Los últimos tiempos estamos viviendo el enfrentamiento más enconado entre la Iglesia católica española y el estado, personificado en su Gobierno, presidido como se sabe por José Luis Rodríguez Zapatero. La jerarquía eclesiástica española se ha alineado claramente en contra de muchas de las leyes que Rodríguez Zapatero llama avances en derechos, como la liberalización del divorcio (conocido ya como "divorcio express") o el matrimonio entre personas del mismo sexo. Pero no se ha quedado ahí, y ha entrado también en otros temas, de índole claramente más política, como la unidad territorial de España, o la nueva asignatura creada por el Gobierno para inculcar los valores que le sostienen en la juventud, llamada "educación para la ciudadanía", que los obispos y muchos padres católicos ven como una intromisión intolerable del Estado en su derecho a educar a los hijos.
No son temas de índole exclusivamente política los relativos al respeto a la libertad de conciencia ni a la libertad de educación. Sobre la unidad nacional tan sólo se ha dicho desde la Iglesia que se ve como un valor positivo, nada más. Respecto a la asignatura de EpC, si se conocen los contenidos y los criterios de evaluación previstos en la LOE, resulta que es un total y absoluto adoctrinamiento en el relativismo moral y la ideología de género, y por eso no pude pasar ni un solo católico, aunque sea un católico “de andar por casa”.
Mirando un poco más a fondo, todo este griterío (porque así es como se vive la política en España, a gritos, y porque así han actuado la mayoría de los obispos en sus amargas quejas por la pérdida del poder heredado del régimen franquista que aún les queda -básicamente la educación privada religiosa y el Concordato con la Santa Sede),…
Por favor, pon un ejemplo del “griterío” porque yo no he visto griterío procedente le la Conferencia Episcopal, he visto críticas ante la falta de respeto a unas ideas y ante un política que se entromete en la moral de cada individuo.
…se puede entender como la puja entre dos gigantes de la filosofía -la religión y el estado liberal- por controlar a las personas, dándole, por favor, a "controlar" el significado más leve posible.
Nueva corrección, el estado pretende el control de las conciencias, la Iglesia lucha por la no imposición de ese control y no por controlar.
El Gobierno es claramente de izquierdas, más de hecho que otras corrientes del propio Partido Socialista Obrero Español, y si durante los ocho años de gobierno del Partido Popular la Iglesia prácticamente estuvo ausente de la arena política, durante la presente legislatura se ha podido ver a obispos españoles en diversas manifestaciones de la derecha política, a las que, sin duda, tienen todo el derecho individual a ir, pero en las que, como en todo evento en que concurran personas con cargo, su presencia representa un apoyo incontestable al tema de la manifestación, que, como digo, en el caso de las del Partido Popular (y organizaciones afines) siempre han sido de claro enfrentamiento al Gobierno, un ataque siempre trufado de insultos y hasta amenazas.
Esas manifestaciones a las que te refieres han sido sólo dos, la primera en defensa de la familia y frente a la denominación de la unión homosexual como matrimonio, y la segunda en contra de la LOE y de la asignatura de EpC, ambas convocadas por organizaciones y plataformas ciudadanasm, si bien es cierto que el PP aprovechó la influencia social de estas plataformas para colocarse en primera fila pretendiendo arañar votos. Los insultos que según tú “trufaron” las manifestaciones, se han reducido a tres incontrolados que insultaron a Zerolo, las amenazas de las que hablas, o las documentas y demuestras o pensaré que son absolutamente inexistentes ya que yo participé en ambas manifestaciones y en ninguna de ellas se profirieron amenazas de ningún tipo.
Desde que aceptamos que el resto del mundo no es católico y no va a poner la otra mejilla, es lógico que el Gobierno se revuelva, sobre todo si la jerarquía eclesiástica organiza una manifestación,..
Alto ahí, la Archidiócesis de Madrid, que no la jerarquía eclesial, convocó una Celebración, que no una manifestación, para pedir por la familia cristiana en una Liturgia de la Palabra. Hay una enorme diferencia. Que el gobierno se lo haya tomado de forma errónea no muestra más que el ansia de este gobierno por atacar a la Iglesia auque no tenga ni motivos ni fundamentos para hacerlo.
…oficialmente contra algunas de las medidas gubernamentales citadas al comienzo,…
Repito, por la familia cristiana en una Liturgia de la Palabra, no contra medidas gubernamentales. De hecho, en toda la celebración, de más de 3 horas, hubo EXACTAMENTE 3 COMENTARIOS de contenido político.
…que se acaba volviendo la ocasión de mentir y lanzar acusaciones sin sentido, como que aquellas medidas "rompen la democracia" en España.
¿Quieres decir que el no respetar y el atacar abiertamente a una enorme proporción de la población por razones de creencias no rompe la democracia? Yo creo que es un torpedo directo a la base de la democracia. Eso por no hablar de los ataques a la libertad de expresión personalizados en algunos blogs a los que han bloqueado el acceso por el único hecho de ser críticos con gobiernos socialistas.
…La actitud de la Iglesia en todas o casi todas las medidas sociales del Gobierno ha sido una oposición nada constructiva, [Discutible, muy discutible] y es probable que si sale de nuevo elegido Rodríguez Zapatero en las próximas elecciones las relaciones con el Vaticano sufran algún cambio brusco, sobre todo para el status de la Iglesia en España, con un número de feligreses que disminuye al mismo ritmo que aumenta el de los que directamente la odian. Puede ser, como reseña hoy ABC (el periódico monárquico, católico por antonomasia, [Discutible también] decano de la prensa escrita española), que el P.S.O.E. pierda del orden de medio millón de votos de católicos en las próximas elecciones legislativas, pero también lo es que la posición eclesiástica es tan reaccionaria estos días que hasta el Partido Popular se ha alejado someramente de esa postura, aclarando que no va a modificar (derogar) ninguna de las leyes polémicas que supusieron la excusa de que la Iglesia saliese a la calle a protestar (aborto, divorcio, matrimonios homosexuales...), aunque para "contentar a la parroquia" (frase hecha) anuncia la creación de una "Ministerio de la Familia"...
El PP nunca ha estado en posiciones próximas a la Iglesia Católica, de hecho leyes como la del aborto, o el divorcio, han permanecido inalteradas durante el gobierno del PP. El que el PP se autoimponga el “título” de portavoz de los valores tradicionales judeocristianos no quiere decir que lo sea, y de hecho no lo es, está bastante alejado de ello. Y lo de la creación del ministerio es una memez de enorme categoría. Vamos a financiarlo quitándole dinero a las familias para luego decir que hacemos algo por ellas que realmente no haremos. Y además metiéndonos en donde nadie nos llama, en lugar de dejar en paz a las familias que prosperen con tranquilidad.
He dado mi opinión, de una forma más personal que aquí, en estos dos artículos de mi blog:
• "Contra el laicismo radical"
• "Tenemos que cambiar"
Son dos notas motivadas por el desgarro interno que me supone ver pelear a las dos corrientes de pensamiento que me configuran, como persona de izquierdas (pero no tanto como Rodríguez Zapatero) y católica (pero no precisamente al modo de los obispos)…
Entonces serás cristiano, que no católico ya que no aceptas la autoridad moral de la Iglesia Católica ni de su jerarquía.
…que me considero. Pero más desazón me da ver que quien tiene claramente las de perder en esta lucha absurda es el catolicismo en España. No ya la Iglesia como institución, a la que no podrán quitar colegios privados ni casilla propia en la declaración de la renta, [Lo veremos, aunque lo de la casilla es lo de menos] y que aunque perdiese todos los privilegios que le otorga en Concordato, seguiría siendo la más rica y potente de las organizaciones religiosas. Desde un punto de vista mundano, el poder de la Iglesia católica en España está mejor que bien apuntalado.
Si esto fuese cierto, no decrecería el número de católicos, ni el pueblo español apoyaría iniciativas destinadas a mermar las capacidades de transmisión de la Palabra de la Iglesia. Pero bueno, te concedo que tiene una influencia social que no voy a negar que, si no se comprende la labor evangelizadora de la Iglesia, puede verse como “poder”.
Pero no es labor de la Iglesia apalancarse en el poder económico y político de sus fieles, ¡sino aumentar el número de éstos! ¿Acaso no es nuestra empresa la salvación de las almas? ¿Por qué seguimos pidiendo (peor: exigiendo) a quien no comulga con nosotros que promueva nuestro mensaje (a cambio de nada, o tal vez de ataques políticos) y no nos centramos en la predicación y en la resolución (que no ocultación alevosa) de nuestros problemas, quizás el principal de los cuales, la pederastia, es uno de los mayores males que asolan a la Iglesia?
Lo que me temía, ya hemos llegado al tópico estúpido que si se miran no más de cinco minutos las cifras se ve que es no tiene ni pies ni cabeza. En cualquier otro estamento social, llámale cocineros, médicos, albañiles, abogados, entrenadores, profesores, economistas, etc. hay una mayor incidencia de la pederastia que entre los sacerdotes, pero eso se ha convertido, por desgracia, en algo que no llama la atención, por lo que cuando un pederasta no es religioso no se dice a qué se dedica, pero si es sacerdote sí se dice. Y ningún católico duda de que el demonio siente un regocijo especial en el pecado de los hombres de la Iglesia y por ello se empeña especialmente, aún así con pocos resultados, gracias a Dios.
¿Qué fórmula matemática nos asegura que es mejor creyente una persona educada en un colegio religioso? Al menos de entre mis conocidos, todos detestaron la experiencia y pocos sé que sean católicos practicantes, y yo mismo, que sí lo soy, he sido educado siempre en colegios públicos y en la mayoría de cursos he dado Ética y no Religión. ¿Me convierte eso, o ls ideas que aquí presento en peor católico que un fiel del Opus Dei, por poner el ejemplo de la asociación religiosa española más detestada?
Efectivamente, ninguna fórmula matemática ni no matemática nos asegura que una persona que haya asistido a un colegio religioso sea mejor católico que otra que no lo haya hecho, y dudo que nadie piense que eso sea forzosamente así. Lo que es innegable es que no se ama lo que no se conoce. Respecto a tu pregunta, eso no te convierte en peor católico que alguien perteneciente al Opus Dei. Lo que te convierte en NO católico es que no aceptes la autoridad moral de la Jerarquía. Serás cristiano, pero no católico. Quizá estés más cerca de los ortodoxos que no aceptan la autoridad de Roma y no tienen una jerarquía equivalente ala Iglesia Católica, sino que tienen pequeñas iglesias locales con estructuras independientes y no sujetas a obediencia. Aunque dudo que la Iglesia Ortodoxa te guste dadas tus tendencia tan poco “conservadoras”.
Tal y como escribí en el segundo artículo que he enlazado, no se trata de vendernos por un mensaje más agradable para las personas, si creemos en éste, ciertamente más duro, pero también más consecuente y bello. Pero no seamos al menos tontos de vender dicho mensaje mal. No podemos tener dos caras: la buena de la iglesia de base, y la mala -porque lo es, para el resto- de la curia española.
¿Mala cara? Hay una cosa que siempre me ha puesto de muy mal humor, y es el intento de que la Iglesia Católica deje de ser católica para que se acerque a las ideas de los no católicos. Señores, a quien no le gusta que un club de golf se dedique al golf no se hace socio y listo, pero no se empeña en que se dedique al baloncesto. La Palabra de Dios es como es y dice lo que dice, y a quien no le guste es libre de no creerla. ¿Qué empeño en querer sacerdotes y obispos que no se comporten como tales? No lo entiendo.
Para los desconocedores de la situación en España, les aclaro que la visión que se refleja en esta entrada está terriblemente influenciada por la izquierda política española, la neoprogresía que desde finales de los años 80 impone su “corrección política”, su manera de interpretar. La Iglesia en España tan sólo intenta defender a la sociedad de ataques que la debilitan enormemente como la promoción de actitudes y acciones como pueden ser el aborto, la promiscuidad, la imposición del grupo por encima de los derechos del individuo, y muy especialmente el relativismo moral que tiene su vanguardia en la ideología de género. Es el sueño de cualquier político, ya que el relativismo moral lleva a que la única base de valoración moral es la legalidad, desembocando en que “lo que es legal es moral”, lo cual implica que cualquier gobierno que pretenda llevar a cabo alguna atrocidad sólo tiene que legalizarla para que el pueblo que haya aceptado el relativismo moral lo considere moralmente aceptable.
Pero hay cosas que no son relativas, que son absolutas, como la verdad, la vida, la libertad, la fe, etc. y no se pueden valorar por criterios legales. Las leyes deben defender esos valores absolutos, pero nunca regularlos.
Y finalmente, en la famosa Celebración por la Familia Cristiana que se celebró el 30 de diciembre, se hicieron exactamente 3 breves comentarios de contenido político (como ya he dicho) y se habló de leyes injustas, pero no se dijo en ningún momento que fuesen exclusivas del gobierno actual, ya que algunas de ellas son anteriores. Se habló de “los últimos tiempos” no de los últimos tres años, y teniendo en cuenta la antigüedad de la Iglesia se me antoja más probable que se refiriesen a un periodo de 20 años que a uno de tres. Si este gobierno se dio por aludido, sólo hay que pensar que el que se pica, ajos come.
Saludos.
Interruptor, gracias por el tiempo dedicado a este post, aunque se ve que no lo has entendido. Por cierto, soy católico, y acepto e intento seguir aún dentro de mi debilidad la autoridad moral de la iglesia, lo único que propongo es un cambio en las formas, aunque evidentemente no lo has entendido así.
Las amenazas de las que hablo, no digo en ningún momento que se profirieran en general ni en nombre de la iglesia, sino por descerebrados y en manifestaciones del PP en las que creo recordar que participaron miembros de la Iglesia española.
"Romper la democracia" es algo que no tiene sentido, ninguna ley la "rompe" salvo que la que establece una dictadura, democracia es elegibilidad y juego de mayorías y minorías, y aunque no esté a favor de esas leyes, no puedo decir que obliguen a nadie ni que sean ya la opción de la mayoría de las personas. Parte de culpa tendremos los católicos y la propia Iglesia.
Las manifestaciones (o como quieras llamarlas) se hacen cuando se hacen. ¿Por qué no hubo "celebraciones" similares ninguno de los ocho años de gobierno del PP que mantuvo la ley del divorcio y la del aborto? ¿Acaso esas lacras van contra la familia y rompen la democracia sólo ahora? (O con Felipe González, me da igual).
Siento mucho decirlo, pero ante los ojos de la sociedad, y ante los míos, el comportamiento de parte de la curia se parece más al de los fariseos que al de Jesús. Si no lo has hecho ya, te animo a que leas los dos artículos que enlazo, donde se completa mi visión del asunto.
Para el resto de lectores que puedan ver esto, aclarar que me ocasiona un aprofunda preocupación el choque entre estado e iglesia al que llevan los actos de unos y de otros, pero añado: el papel de la Iglesia no es mantener ningún tipo de poder, y eso es lo único que parece estar haciendo.
Sobre la pederastia: no nos podemos resguardar bajo el paraguas del número cuando enarbolamos la bandera de la pureza y del bien, y encima taparlo todo a base de millonadas de dólares. Si nos autoproponemos para una posición de superioridad moral, que sea así hasta las últimas consecuencias.
He leído el segundo de los enlaces, para el primero no he tenido tiempo, pero lo haré cuando pueda.
Efectivamente, tienes razón en una cosa y es que no debo haberlo entendido porque no me entra en la cabeza que un católico razone como yo entiendo esta entrada, así pues debo de haber entendido algo mal.
Respecto a las amenazas e insultos dice “siempre trufado de insultos y hasta amenazas”, con eso se “siempre trufados” entiendo que, si no todos, al menos la mayoría de los asistentes habrán proferido insultos y amenazas, y no me consta ninguna amenaza y apenas algún insulto que no oí directamente estando allí, sino en grabaciones que he pensado que eran reales por no desconfiar de quien las realizó.
Además, tal como recordó Ibarra, cuando un católico habla, es una voz en la Iglesia, no de la Iglesia.
Lo de “romper la democracia” sí creo que tiene sentido. Cuando dentro de un sistema supuestamente democrático se aprueban leyes que van contra la libertad se rompe la democracia y se da un paso hacia el totalitarismo. Democracia no sólo es un juego de mayorías y acuerdos políticos, eso es llamarle democracia al III Reich. En la base de la democracia está el respeto a la libertad y las ideas ajenas.
Que parte de la culpa de la situación la tenemos muchos católicos y posiblemente algunos miembros de la jerarquía católica es cierto, pero no la Iglesia en cuanto Cuerpo Místico de Cristo.
Con lo de las celebraciones, has dado en el clavo con lo que pones entre paréntesis “O con Felipe González, me da igual”, exactamente eso. No se hicieron celebraciones en los ocho años del gobierno de Aznar igual que no se hicieron antes con Felipe y que no se hicieron en los primeros tres años del actual gobierno. Es ahora cuando se perciben más dificultades para el normal desarrollo de las familias católicas y por ello se ha hecho esta celebración que espero que a partir de ahora se convierta en una costumbre anual. Y ya te he dicho que el PP no es precisamente un gran defensor de los valores cristianos, ni mucho menos.
Te voy a decir una cosa que espero que no te ofenda, no es mi intención, pero es precisamente el comportamiento de quienes se definen como católicos pero atacan a la iglesia, como Pepe Blanco o Bono, el que a mí me parece farisaico.
A mí no me preocupa el enfrentamiento entre gobierno e Iglesia, me preocupa el constante ataque del gobierno a la Iglesia que obliga a la Iglesia a defenderse con palabras ante ataques con leyes.
Sobre la pederastia, hay que aclarar que no se ha tapado nada y menos con dinerales, lo que no se hace dentro de la Iglesia es defenestrar a alguien, sino darle la oportunidad de arrepentirse, tal como nos enseñó el Señor. El retirar del servicio público a un señor acusado de pederastia no es taparlo, es proteger a los niños que pudieran estar en contacto con él a partir de ese momento, y darle otra ocupación es darle la oportunidad de limpiar su conciencia ante el Altísimo trabajando por el bien. Si hay delito lo decide un juez en un juicio justo con su acusación y su defensa, el resto no seré yo quien lo juzgue.
Un saludo.
wow! esta es una discusión que promete!
y que, seguro, que se mantendrá en el buen nivel al que estamos acostumbrados en Planisferio!
gracias Mak! gracias Interruptor! y quienes continúen dando su opinión.
Por partes, como las integrales, Interruptor.
- No me entiendes porque piensas que estoy criticando la doctrina de la iglesia acerca de esas leyes. No es cierto. Las sigo, entiendo su coherencia, y las comparto. Lo que no comparto es el aspecto político (de relacionado con la "polis") del proceder no de la Iglesia, sino de la curia eclesiástica española. Lo siento, no es mi culpa, yo no lo definí así, pero todo acto de una persona jurídica o de un grupo de personas físicas es algo político. Y en todas las cosas políticas hay formas y formas.
- También hay tempo. No te vayas por las ramas diciendo que en veinte años no ha habido "celebraciones" por la familia porque es ahora cuando más se le ataca. Ese "ahora" ocurre precisamente a menos de dos meses y medio de unas elecciones generales en que uno de los partidos concurrentes se ha arrimado todo lo que ha podido a la iglesia, en tanto que poder político. A mí me parece perfectamente normal que algo así se interprete de forma "politiquera". Los ataques contra la familia católica empezaron en el 2004, y no hubo celebración católica.
- Hay más familias que la familia católica. Eso es un hecho, y no está en nuestra mano viajar por el tiempo e ir resolviendo todos los problemas que han llevado a cada grupo familiar a esa situación. Lo hecho, hecho está. Deberíamos pensar más en los niños en esos marcos de convivencia, a cuyos progenitores o padres o como se llamen ahora, estamos alejando del seno de la Iglesia, a lo mejor no por el núcleo de nuestras creencias, sino por el modo como las propalamos. Ellos son realmente lo importante, pero no nos paramos a pensar cómo se sentirán cuando tengan uso de razón y vean que muchos desde la Iglesia atacaron sin piedad a los que ellos, por el vínculo afectivo creado, más aman en el mundo. Cuando leas mi otro artículo, verás que hasta la Sagrada Familia, a partir de un momento dado, se pudo ver como una familia no convencional.
- Sobre las leyes y la libertad: que sí, que estoy de acuerdo en que EpC de alguna forma violenta el derecho de los padres a educar a sus hijos y encima adoctrina (como se adoctrina, supongom, en colegios católicos privados o en la asignatura de religión), que ya te digo que yo prefería la ética, donde se nos hacía pensar y no se nos daban las cosas mascaditas. Pero ojo, no podemos decir que ahí se violenta nuestra libertad y decir que por eso otras leyes, como la del matrimonio homosexual van contra la libertad: está claro que para los contrayentes de esos "matrimonios" su libertad ha aumentado. Así que el argumento de la libertad no es válido.
- Sobre la democracia. Nos guste o no, no es perfecta, y en todos los aspectos que podamos imaginar oscila en un precario equilibrio entre el fascismo y el comunismo. Te intuyo liberal en lo político (en la acepción europea del término), pero sólo para algunas cosas, como yo soy de izquierdas primordialmente para lo económico, pero no para todo lo demás. Pues bien, la democracia consiste en muchas cosas, dpeendiendo de qué cristal nos queramos poner cada vez: libertades, elegibilidad, sí, pero también juego de poderes numéricos, sin que, ojo, ese juego sirva para sojuzgar ni a minorías ni a individuos (a mí me bastarñia con lo último, pues el respecto estricto a los derechos individuales garantizaría per se los derechos colectivos de, por ejemplo, la sminorías). La democracia tiene que regirse por las ideas más representativas, pero no puede oprimir a quien no las suscriba. Hay que proteger al más débil, y me gustaría creer que ése es un concepto cristiano, al menos, inoculado en la democracia y en la idea de los derechos humanos.
- Con todo esto, yo lo único que propongo es un cambio de modos, ser más ambles, no defendernos atacando y alejarnos de los partidos políticos. Nuestra labor no es defendernos en política, sino propiciar las conversiones individuales. Tenemos una fe, un modo de vida similar, ¿por qué tenemos que ser uniformes y defender las mismas opciones políticas? A los cristianos nos debería valer con un solo Elemento en común. Todo lo demás sobra, y en nuestra fe caben todas las idologías moderadas. ¿Quiénes somos para juzgar? Porque así es como se siente la gente que no profesa como nosotros. Y lo siento, pero ahora mismo, ellos son la mayoría, no nosotros. La humildad también era una virtud, ¿no?
Por cierto, hay ejemplos de esa humildad, de esos otros modos más amables. Están entre las diócesis del Norte de España...
No veo que ataques las leyes de la Iglesia, atacas a los primados españoles y lo que dicen. Tal como decía Rodríguez Ibarra, “un católico hablando es una vos en la Iglesia, los cardenales hablando son la voz de la Iglesia”. Luego atacas a la Iglesia. Pero esto tampoco es me parezca mal, tienes todo el derecho a criticar lo que te parezca pero no me parece que lo hagas desde el punto de vista de un católico, sino de un izquierdista anticlerical. Y si, como dices, “todo acto de una persona jurídica o de un grupo de personas físicas es algo político”, pues la misa del domingo también es un acto político. Puede que así se defina un acto político, pero todos tenemos claro que un acto de una persona jurídica, el Circo Ringling Bros., con la asistencia de cientos de personas físicas, el público, no es un acto político sino un espectáculo circense. Un Celebración de la Palabra, se mire como se mire, es un acto religioso y no político.
No me voy por las ramas con los tiempos. La celebración se ha hecho ahora porque es ahora cuando las cosas están llegando a un límite por el que no se puede pasar. Se ataca a la familia de muchas maneras, con leyes injustas, pero ahora se está hablando de leyes de aborto basadas en plazos, que es lo mismo que hablar de aborto libre, y cosas parecidas. Si se hablase de suprimir el tercer supuesto de la ley del aborto y de vigilar el cumplimiento de los dos primeros, seguro que no se hubiese llegado a esto ahora. Comprendo que por la proximidad de las próximas elecciones se le pretenda dar un significado político, pero si en el gobierno y en El País no hubiesen dicho ni una palabra sobre esto, hubiese pasado totalmente desapercibido y como si nada. Pero el PSOE quiere aprovechar esto para ganarse el voto de la España laicista y anticlerical que es más que ese medio millón de votos católicos que se calcula que le va a costar esta actitud radical.
Pos supuesto que hay más familias que la familia católica, y hay más religiones que la católica, nadie lo niega, pero se reza por que se respete a la familia católica y que no se la ataque. Es cierto que no está en nuestra mano viajar en el tiempo para solucionar cosas pasadas, pero sí está en nuestra mano ir poco a poco corrigiendo los efectos perniciosos de lo hecho en el pasado. Y ¿tú crees que se aleja de la Iglesia y de la fe a un niño por explicarles que sus padres viven en pecado? ¿quiere eso decir que para no alejarlos de la Iglesia tenemos que dejarles creer que sus padres viven como fieles católicos cuando están cometiendo un serio pecado? No, la verdad siempre por delante que es lo que nos guía. No puedo atraer a un niño hacia la Iglesia si le engaño y le miento. Y, por favor, no adoptes el lenguaje incorrecto y falaz que impone la neoprogresía gobernante, quien habló de familia tradicional y convencional fue Pepe Blanco, la celebración era por la familia cristiana. Mi familia no es nada convencional, mi mujer trabaja, en ocasiones hasta los fines de semana, yo trabajo también, pero tengo más tiempo para estar con los niños. Vamos juntos a las reuniones con los profesores, yo barro y friego, hace años cambiaba pañales, etc. No somos tradicionales, compartimos responsabilidades y tareas, pero somos una familia cristiana. Y la Sagrada Familia nunca dejó de ser una familia cristiana aunque se le pueda considerar monoparental una ves fallecido S. José, pero ya es una familia sin la estructura normal, a la que no se debe condenar a un niño jamás. Malo es que un niño se quede huérfano, pero nadie ha forzado esa situación, pero forzar la orfandad de un niño intencionadamente no es velar por los derechos del niño.
Respecto a la asignatura de religión, no estoy, ni he estado nunca, de acuerdo con que sea obligatoria, debe ser optativa igual que no me opondría a que fuese optativa la EpC, lo que no acepto es que EpC sea obligatoria y que a mis hijos se le digan ciertas cosas y se les evalúe no por sus conocimientos sino por haber asumido los principios que proclama la asignatura. Y, sinceramente, no creo que la libertad de los homosexuales haya aumentado porque su unión tenga el estatus de matrimonio. Si había algún derecho que les faltase hubiese sido más fácil ampliar la ley de parejas de hecho, pero la intención era que pudiesen adoptar (ojo, la adopción no es un derecho de los adoptantes sino un derecho de los niños a ser adoptados) y entrar a formar parte de las APA y los consejos de dirección de los colegios como punta de lanza de la ideología de género.
Que la democracia no es perfecta, lo sé. Es lo menos malo, que no lo mejor. Falla desde el momento que el voto de un inculto, sectario y con nula capacidad de análisis vale lo mismo que el de una persona culta, inteligente y con pensamiento analítico, pero repito que es lo menos malo. Pero de ahí a verlo como un equilibrio entre fascismo y comunismo, no me cuadra, por dos razones, la primera porque un sistema basado en libertades no puede ser el equilibrio entre dos totalitarismos, y la segunda porque tanto fascismo como comunismo son ambas dos formas de socialismo totalitario.
Soy liberal pero con “apellido”, soy minarquista y abomino del anarcocapitalismo como una barbaridad tan grande como el comunismo. En el respeto a los derechos individuales coincidimos, supongo que por algo es la base del humanismo cristiano.
En lo de alejarnos de los partidos políticos, esa es precisamente una de las cosas que mueven a los obispos españoles, que constantemente muestran las incoherencias de un PP que se autonombra portador del sentir de la mayoría de los católicos pero no tiene la más mínima intención de corregir los ataques a la moral cristiana. Es el PP quien constantemente se arrima los católicos pero luego no defiende sus intereses, provocando que mucha gente que no simpatiza para nada con el PP sienta un alejamiento de la Iglesia.
Te corrijo, nuestra labor es defender la moral en todos los ámbitos de la vida, y la política es uno de los más importantes dada su influencia en el modo de vida, de otra manera no podremos propiciar lo que denominas conversiones individuales. Es sumamente complicado conseguir un acercamiento que desemboque en una conversión si el individuo está constantemente bombardeado por mensajes anticatólicos manipuladores y demagógicos. Efectivamente no tenemos por qué defender las mismas opiniones política, no hace mucho que el tan criticado Rouco nos recordaba a los católicos que el ser católico no es patrimonio de ningún movimiento político y que los católicos debemos votar en conciencia a quien mejor defienda nuestros valores y nuestra moral, por encima de teoría económicas y mandangas variadas.
Evidentemente hay mucha gente que no profesa nuestra fe y no podemos imponérsela, pero hay valores que no son católicos solamente, que son universales, y sobre ellos debemos trabajar.
Si con lo de ejemplos en el norte de España te refieres a ciertos obispos vascos, no me los pongas de ejemplo que todavía no entiendo por qué no se les ha apartado de sus puestos y no se les han confiado labores internas en lugar de estar de cara al público. Pero, en fin, hay que respetar ideas y no juzgar demasiado que ya nos tocará a todos el juicio definitivo.
Cuando dejes de insultarme (no católico, en el primer comentario, anticlerical en éste) sin conocerme, hablamos. Porque aunque no esté en tu misma posición, ni se me ocurriría llamarte franquista antes de verte con una bandera con aguilucho. Se me acabaron las mejillas con dos ataques. Quien quiera hablar del contenido del post, bienvenido sea, pero no aguanto ataques personales injustificados: nadie es quién para decirme cuál es mi fe.
Perdona, he tenido que releer el comentario a ver de dónde deducías que te llamaba anticlerical. Supongo que de lo que pongo en el primer párrafo, pero no he dicho, o no he querido decir, que seas anticlerical, sino que al leer la entrada da la sensación de que está escrita por alguien anticlerical. Es más, hasta que leí que te considerabas católico estaba pensando que lo había escrito alguien con las ideas de Nacho Escolar o algo parecido, a partir de ahí me quedé absolutamente desconcertado.
Lo de no católico, en primer lugar no es un insulto y en segundo lugar define la posición de alguien que no acepta la autoridad de la jerarquía católica, que es lo que se deduce de la entrada hasta que se lee la respuesta a mi primer comentario (piensa que no conocía tu blog y no sabía dónde situarte hasta ayer, y tampoco lo tengo demasiado claro ahora). De cualquier modo, creía que era evidente que en ningún momento había pretendido insultar, igual que entiendo que tú no pretendías insultar a los cardenales al decir que su actitud te parece farisaica.
De cualquier modo, aunque debatir siempre es un buen ejercicio mental tampoco me parece que vayamos a llegar a ningún sitio.
Un saludo y espero que aceptes mis disculpas por haberte ofendido sin pretenderlo.
Aceptadas.
Esto es un ejemplo de lo que hacemos muchas veces los católicos en España: juzgar (así lo ve el otro) sin saber.
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